El Servicio Público de Empleo Estatal ha hecho públicos los datos de empleo del pasado ejercicio, que reflejan un incremento del 30% en los contratos a personas con discapacidad en Castilla y León. Así, el pasado ejercicio se contabilizaron 6.618 contratos, frente a los 5.849 de 2016.
Pero, ¿qué elementos subyacen detrás de este crecimiento? Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, “el principal factor es una recuperación económica que, hasta la fecha, ha sido inclusiva, unido a un paulatino cambio de mentalidad en las empresas, que comienzan a valorar el talento por encima de la discapacidad. Asimismo, las propias personas con discapacidad, especialmente las nuevas generaciones, están abanderando un cambio de paradigma, planteándose un futuro profesional como el de cualquier otro ciudadano y rompiendo la anacrónica creencia que les identifica con inactividad y/o dependencia. Por último, la nueva legislación de 2013, que unificó la normativa existente en materia de discapacidad, está comenzando a dar sus frutos y demostrando su eficiencia, que se refleja en el incremento de las contrataciones”.
El 24% de estos contratos fueron en el mercado ordinario, es decir, un total de 1.579 , cifra que marca un crecimiento del 13% con respecto al año anterior: “las personas con discapacidad van teniendo más participación en entornos de trabajo normalizados, aunque es necesario seguir potenciando, siempre que sea posible, esta modalidad profesional, que constituye el fin último de todo proceso de integración, al equipararse la persona con discapacidad al resto de los trabajadores y producirse su inclusión de forma plena”- recalca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Por otra parte, Mesonero no olvida la importancia de seguir apoyando a las personas con discapacidad en su acceso al empleo: “son todavía muchas las que podrían trabajar y no lo hacen debido a prejuicios y estereotipos (recordemos que su tasa de actividad es del 36%, frente al 59% general). Por otra parte, es vital garantizar que su contratación no obedece exclusivamente a la recuperación económica, sino que es extensible a cualquier coyuntura. Para ello, se antoja necesario potenciar una sensibilización que afiance el cambio de mentalidad que ya está en marcha, y que, será el único garante de que el empleo de las personas con discapacidad sea sostenible en el tiempo”.