Todo comienza cuando dos matrimonios deciden reunirse para hablar de la actitud de sus respectivos hijos. El motivo que propicia este encuentro es que uno de los pequeños, que tan sólo tiene nueve años, ha pegado al hijo de la otra pareja. La conversación comienza con todo el civismo posible y muy educadamente, todos hablan cortésmente, todos son amigos, no hay una palabra más alta que otra, …
Pero poco a poco comienza a surgir ese Dios salvaje que todos llevamos dentro. La conversación empieza a calentarse paulatinamente y la calma del inicio de la conversación se torna en un cambio de actitud entre los padres. Al final, todos contra todos: Un Dios Salvaje.
Vive su mejor momento profesional en el cine pero Maribel Verdú regresa a las tablas rodeada de grandes nombres del teatro actual en «Un dios salvaje», versión de Jordi Galcerán de la obra de Yasmina Reza que dirige Tamzin Townsend y en el que la actriz pelea sobre el escenario con Aitana Sánchez Gijón. Al igual que Arte -la obra más conocida de Reza-, Un dios salvaje se inicia a partir de una anécdota para luego llegar a cosas más grandes, en una obra que llega al Teatro Juan Bravo los próximos 23 y 24 de abril.
El encuentro en principio educado entre dos matrimonios que tienen que hablar acerca de la pelea de sus hijos en un parque se complica de forma paulatina en esta comedia de lo más inteligente y de los más negra y con un punto cruel. Según explican desde la publicación del Teatro Juan Bravo, cuando la reciente ganadora de la Medalla de Oro de la Academia de Cine de España, Maribel Verdú, acudió junto a su marido, el productor teatral Pedro Larrañaga, a ver el montaje parisino del texto original de Reza pensó inmediatamente compartir este proyecto con Sánchez Gijón, con quien tenía una cita pendiente en el teatro.
Con Pere Ponce y Antonio Molero
Los actores que acompañan a las dos protagonistas son también dos habituales de la escena teatral española, Pere Ponce y Antonio Molero, en este montaje que han protagonizado Isabelle Hupert en París y Ralph Fiennes en Londres, y que muestra sin concesiones a todos sus personajes como seres insatisfechos, ha apuntado la directora de su versión española. El personaje de Verdú no es lo que aparenta. Parece tímida y sumisa ante su marido pero pronto saca sus demonios internos y sus bajos instintos, y vomita todo lo que tiene dentro desde hace años, explica la actriz. El de Sánchez Gijón es directamente lo que aparenta, aunque luego es aún peor -responde su compañera de reparto-. Una mujer que se siente moralmente superior al resto del mundo y que hace gala de una cultura y tolerancia intachables.
Cada matrimonio juzga al otro en su forma de actuar como padres y llegan a extremos de crueldad que son muy útiles para hacer comedia. De esta forma Maribel Verdú regresa al teatro, cinco años después de ponerse a las órdenes de Gerardo Vera en «Por amor al arte», aunque la intérprete madrileña, que acaba de finalizar el rodaje de «Tetro» con Francis Ford Copolla, asegura querer recurrir al teatro sólo cuando no hay nada que hacer en otros campos.