La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Segovia ha dado luz verde al proyecto de ejecución para la rehabilitación del teatro Cervantes de la capital, un trámite necesario para la adaptación del documento redactado por la UTE Fuster-León-Muñoz-Segovia, que actualiza el aprobado en 2011, y adaptarlo a la legislación y normativa urbanística en vigor.
A partir de ahora, el inicio de las obras dependerá de la fecha de licitación por parte del Gobierno para unos trabajos que tienen un plazo de ejecución de 42 meses y un presupuesto de 10,6 millones de euros. Tras esta rehabilitación, el teatro Cervantes, que permanece cerrado y sin uso desde el año 2007, contará con 680 butacas y un aforo total de 866 personas.
La intención que guía el proyecto de rehabilitación es la de enfatizar los espacios, la arquitectura, y el espíritu de este teatro más característicos y relevantes, proponiendo una solución moderna, adaptada a las exigencias funcionales, técnicas y formales actuales, en una armónica convivencia entre lo existente y propuesto.
La elaboración de la propuesta está vertebrada siguiendo dos claras intenciones. Por un lado, la conservación de los elementos tipológicos más relevantes del antiguo teatro. Por otro, el diseño de una arquitectura fiel al presente, que proporcione soluciones adecuadas a la problemática funcional, formal, técnica y de normativa de las necesidades actuales.
El edificio abrió sus puertas por primera vez el 12 de septiembre de 1923 y cerró al público en 1984. El teatro se sitúa dentro del solar de manera un tanto peculiar, ya que ocupa el antiguo patio de la Casa de los Picos, edificio que se apoya en la antigua muralla, que configura su fachada, y que a su vez cede su planta baja para proporcionar el acceso al interior del teatro. De este modo, la muralla conforma el cerramiento del teatro por su lado meridional.
El teatro Cervantes pertenece a la tipología del teatro clásico a la italiana, originario del siglo XVIII, especialmente en lo que se refiere a la composición de los espacios. Por ello, se propone mantener esa misma secuencia y la misma volumetría del antiguo teatro, si bien en algunos casos con algunas adaptaciones a las exigencias actuales.