El Teatro Juan Bravo de Segovia inaugura la temporada de su sala de exposición con una muestra producida por el Instituto de la Lengua de Castilla y León, y que se centra en ‘Los orígenes del español’. La exposición, que se podrá ver hasta el 15 de octubre, fue inaugurada por el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, acompañado por el diputado de Cultura, José Carlos Monsalve; el coordinador-director del teatro, Marco Costa; y el director del Instituto de Castilla y León de la Lengua, Gonzalo Santonja.

Entre las autoridades presentes en el acto se encontraban también el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Segovia, Javier Giráldez; el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Fernando Gil; y el presidente de la Asociación del Sinodal de Aguilafuente, Fermín de los Reyes.

Durante su intervención, Vázquez alabó la calidad de la muestra y destacó la buena acogida que tienen todas las propuestas expositivas que realiza el Juan Bravo. El presidente de la Diputación recordó que la ubicación de la sala, «en el centro de la capital», supone un valor añadido de la exposición, que cuenta con el público potencial que asiste a cualquiera de las representaciones y los que expresamente acuden a la sala de exposiciones atraída por el nivel de sus exposiciones.

‘Los orígenes del español’ se articula en cuatro grandes bloques que dan una visión de esa evolución de los primeros balbuceos del español a partir de la disgregación del latín. «Hace más de mil años -recordó Vázquez-, en la tierras de los viejos reinos de León y Castilla, comenzaron a quedar reflejadas en los textos las primeras palabras romances».

Son documentos en los que se cantan las hazañas de reyes y héroes, se glosan textos religiosos pero, sobre todo, humildes textos en los que se registran actos de la vida cotidiana. En ellos, los amanueses de en torno al año mil escriben en un latín que a duras penas puede ya contener la irrupción del romance que corría de boca en boca, un romance que hoy hablan cientos de millones de personas.

Por su parte, Santonja apuntó que el español es una de las grandes lenguas mundiales y, «aunque se estén fusionando lenguas y desapareciendo otras, su futuro está garantizado». Entre los documentos que se pueden ver en la muestra, el director de la Lengua destacó las ‘Paces de Cabreros’, el primer texto de una cancillería escrito en castellano en 1206 y que suscribieron el rey de Castilla y el de León.

Santonja se refirió también a la ‘Nodizia de kesos’, documento elaborado en el Monasterio de Justo y Pastor de Rozuela (León), en el que el castellano es ya una realidad: «Es un idioma muy ordenado: sujeto, verbo y predicado». Ese manuscrito, en el que se recoge el obsequio de quesos a determinadas personas por su colaboración en una visita al monasterio, demuestra por qué el el castellano se impuso al latín. “Mientras que este último se utilizaba para todo lo oficial y para el cobro de impuestos, el castellano era el idioma empleado por la gente del pueblo”, explicó el director del Instituto.

Los cartularios y documentos del Cid

Un primer bloque de la exposición invita a conocer esos documentos primigenios como la ‘Nodizia de kesos’, redactada en León hacia el 975, o documentos procedentes de Oña y Covarrubias o el famoso tratado de Cabreros.

El segundo bloque adentra al visitante en el mundo de los cartularios o documentos diplomáticos como los Beceros Góticos y Galicanos de Valpuesta, el cartulario de Cardeña o el tumbo Legionense. Espectacular resulta en tercer bloque con los facsímiles de los beatos medievales como el de las Huelgas, Gerona, Emilianense o la monumental Biblia Visigótico Mozárabe de León.

El último bloque se centra en la figura de Rodrigo Díaz de Vivar y se reproduce, además del ‘Cantar de Mio Cid’, los diversos documentos emanados de su figura: ‘Carta de Arras’, donados a la catedral de Valencia y a Silos, y un retrato del personaje realizado por Salvador Dalí.