Un total de 24 funcionarios de Sacyl fueron agredidos en la provincia de Segovia en 2014 en 21 incidentes, dos de los cuales terminaron en los tribunales con sentencias por delito.

En toda la región la dinámica de agresiones muestra un ligero aumento con respecto a 2013. Un incremento centrado principalmente en la Atención Primaria, donde se pasa de 142 a 166. Sin embargo, se reducen los incidentes en los hospitales, concretamente de 217 a 203. El resto fueron dos en las gerencias de área y cuatro en el servicio de emergencias.

A pesar de este incremento general, el número de profesionales agredidos prácticamente no varía, ya que en 2013 se presentaron 432 y en 2014 un total de 435. En su conjunto, 165 fueron facultativos, 146 personal de enfermería, 73 técnicos auxiliares de enfermería, 14 celadores y 31 personas clasificadas como otro personal (odontólogos, fisioterapeutas, psicólogos, etcétera).

Otro dato del registro revela que 360 de los agredidos fueron mujeres y sólo 75 hombres. Del análisis de la plantilla total de Sacyl se deduce además que el año pasado fueron agredidos el 0,83 % de los hombres y el 1,32 % de las mujeres, cifras muy similares a las de 2013.

Como viene siendo habitual, la mayoría de las agresiones -63 % del total- fueron verbales y el 21 % psicológicas. El 16 % restante fueron físicas -un total de 97, una menos que el año pasado-. Un 51 % de ellas tuvieron como consecuencia algún tipo de lesión, aunque sólo un 6 % supuso incapacidad temporal.

Otro dato indica que 83 de esas agresiones físicas tuvieron lugar en los hospitales, 13 en los centros de Primaria y una en Emergencias. Un total de 44 de ellas se registraron en los servicios de Psiquiatría, 13 en Urgencias, una en Medicina Interna, 7 en consulta y el resto en otros lugares, incluida la calle o el domicilio del paciente.

Sobre las posibles causas que desencadenan la acción violenta, un 35 % se refiere a discrepancias con el criterio asistencial del profesional -bajas laborales, petición de pruebas, prescripción de medicamentos-, seguido de un 22 % por disconformidad en el trato y trastorno psíquico.

En cuanto al perfil del autor de las agresiones, se mantienen estables los datos de otros años: un solo agresor, hombre en las 2/3 partes de los casos y usuario (3/5). En concreto, el registro indica que un 65 % son hombres y un 35 % mujeres, un 62 % son usuarios y un 36 % familiares, siendo el 90 % de los incidentes protagonizados por una sola persona. Destaca un descenso de la reincidencia, pasando del 20 % al 14 %.

Dentro de las medidas para prevenir agresiones, destaca que la Gerencia Regional de Salud ha elaborado una carta de rechazo genérica que se remite a los agresores, en la que se les recuerdan las acciones y sanciones previstas por la ley, se les advierte que pueden ser cambiados de profesionales y se les comunica que tienen derecho a presentar cuantas reclamaciones estimen oportunas si no están de acuerdo con la asistencia recibida.

Las medidas de futuro previstas por Sanidad en esta materia incluyen la revisión de los centros de salud en seguimiento -actualmente hay 43-, de manera que se evaluarán de nuevo las agresiones producidas en todos ellos o en determinados servicios hospitalarios –sobre todo Urgencias y Psiquiatría- para determinar en cuáles es preciso la adopción de nuevas medidas de prevención de agresiones.

Por último está en estudio una propuesta efectuada por el sindicato Satse en el sentido de que la tarjeta identificativa de los trabajadores de los centros sanitarios indique únicamente el número de plantilla o de nómina y la categoría profesional de los trabajadores, y no sus nombres.

Foto: representantes del colectivo sanitario de Segovia a las puertas del complejo hospitalario en una imagen de archivo/Ical