Los expertos están analizando las diversa opciones para completar o no la vacunación contra el COVID-19 en las personas que recibieron la primera dosis antes de que se suspendiera la inoculación con este suero mientras se investiga su posible vinculación con extraños casos de episodios trombóticos.
El pasado 7 de abril, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud tomó la decisión de restringir el uso de la vacuna de AstraZeneca solo a las personas de entre 60 y 65 años, después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmara que «hay un posible vínculo» entre esta vacuna y casos muy raros de trombos. Al día siguiente, la Comisión de Salud Pública anunció que se extendería este grupo hasta los 69 años.
Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VacúnaTE que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas del COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.
La situación plantea la duda de qué va a ocurrir con los menores de 60 años que ya habían recibido la primera dosis y están a la espera de recibir la segunda. Según la ministra de Sanidad, Carolina Darias, una opción es dejar a este grupo con una sola dosis de AstraZeneca. La otra sería darles una segunda dosis de otra vacuna, como las de Pfizer o Moderna que utilizan una técnica distinta (AstraZeneca es una vacuna basada en adenovirus y Pfizer y Moderna están basadas en ARN mensajero).
Pero, ¿es una buena idea combinar vacunas diferentes? Según apuntan los expertos, son necesarios ensayos clínicos que prueben la eficacia y seguridad de esta práctica. Además, no aconsejan dejar a este grupo con una sola dosis de la vacuna porque pierde eficacia. De este modo, señalan una tercera vía: terminar la pauta de vacunación con el suero de AstraZeneca.
Datos adecuados
Francia ya ha anunciado que las personas menores de 55 años a las que se les aplicó la primera dosis de AstraZeneca recibirán una segunda dosis de la vacuna de Pfizer o Moderna. Como recoge el diario francés ‘Libération’, a este respecto la portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Harris, afirmó que «la intercambiabilidad de vacunas no es algo que se pueda recomendar en esta etapa» por falta de «datos adecuados para decir si es algo que se puede hacer».
En España, tras el anuncio de los cambios en la estrategia de vacunación, la Sociedad Española de Inmunología (SEI) emitió un comunicado en el que destacaban la necesidad de realizar estudios para garantizar la seguridad y eficacia de esta práctica.
Lo mismo indica Isabel Solá, viróloga del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC): «La idea de combinar dos vacunas de distinta naturaleza (régimen heterólogo) en principio es razonable y se hace con frecuencia en la experimentación de vacunas en sanidad animal. Sin embargo, para tener la certeza de la eficacia y la seguridad sería necesario un ensayo clínico adecuado».
Pepe Alcamí, virólogo del Instituto de Salud Carlos III, también dice que faltan datos sobre esta práctica: «A priori la la vacunación con otro prototipo que no sea AstraZeneca como segunda dosis no debe plantear nuevos problemas de seguridad. Respecto a la eficacia, lo previsible es que el sistema inmune activado por la vacuna de AstraZeneca con la primera dosis responda con la memoria generada frente a una segunda dosis, aunque sea otro inmunógeno. Pero no lo sabemos».
“Misma dosis”
Ignacio López-Goñi, microbiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, ha explicado que la norma general es que las vacunas no son intercambiables y es algo que se hace solo en casos excepcionales. Por ejemplo, que no se dispongan de más dosis de la primera vacuna o que se desconozca el fármaco que se aplicó en primer lugar. No obstante, según López-Goñi, tienen que ser vacunas que estén autorizadas «con la misma dosis para la misma población y con el mismo antígeno».
Pero, en este caso, la vacuna de AstraZeneca lleva adenovirus y las de Pfizer y Moderna son de ARN mensajero (o ARNm). Así que, «aunque vayan frente a la misma proteína, son dos formulaciones distintas y no tenemos todavía datos de cómo van a funcionar», apunta el microbiólogo. Sobre este tema, Isabel Solá explica que «la propuesta es razonable y no es nueva» ya que «en vacunas animales es frecuente combinar una dosis con un vector vacunal y otra con un ácido nucleico». En la misma línea, Alcamí dice que «sobre el papel» combinar estas vacunas «no entraña riesgo», pero «pueden plantearse más dudas sobre la eficacia».
El virólogo afirma que, en su opinión, se necesitan estudios «para comparar la inmunogenicidad de poner una segunda dosis con otras vacunas en comparación con una segunda dosis de AstraZeneca, que hoy por hoy no ha sido descartada por la EMA».
En este sentido, en Reino Unido ya hay un ensayo clínico en marcha que está probando combinar las vacunas de AstraZeneca y Pfizer. Según se expone en la web de esta investigación, «el propósito de este ensayo es ver qué tan bien responden los sistemas inmunológicos de las personas cuando se les aplica un tipo de vacuna y luego se refuerza con otro» y también «ver qué tan buena es la respuesta cuando la segunda dosis se separa de la primera dosis en diferentes períodos de tiempo».
Según Solá, este ensayo clínico respondería a muchas dudas que tenemos hoy en día. Por ejemplo, si combinar vacunas de adenovirus con vacunas de ARNm es seguro y eficaz, o «cuál es el orden óptimo y también el tiempo óptimo entre una dosis y otra».
El microbiólogo López-Goñi afirma que los resultados del ensayo clínico de Reino Unido que analiza la posibilidad de mezclar vacunas no se han publicado aún y que le parece «muy arriesgado utilizar una vacuna distinta porque no sabemos si será mejor, si será peor o si tendrá otros efectos secundarios». Por lo tanto, según el experto, «lo más recomendable en este momento es que se dé la segunda dosis con la vacuna de AstraZeneca».
Doce semanas
Margarita Del Val, viróloga del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM) explicó en laSexta que se dispone de 12 semanas hasta que les toque la segunda dosis a los que se vacunaron con AstraZeneca. «Lo que ha dicho la EMA es que se pueden vacunar sin ningún problema a personas menores de 60 años (con esta vacuna). De manera que (…) para entonces debería estar aclarado y, para mí, si no hay nuevos datos de nuevos ensayos clínicos la opción, desde luego, con el conocimiento actual, es segunda dosis con AstraZeneca».
El catedrático de Inmunología Alfredo Corell, de la Universidad de Valladolid, indico lo mismo en RTVE: «Es preferible que se complete la pauta (con AstraZeneca) a que se combinen con otras vacunas hasta que se tengan mayores evidencias y se pueda probar con diferentes dosis».
El también inmunólogo José Gómez Rial, del laboratorio de Inmunología el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, publicó un hilo en Twitter aclarando dudas sobre la posibilidad de completar la vacunación de los menores de 60 años con otro fármaco. Señalaba que la «recomendación de muchas sociedades científicas está en completar la pauta vacunal con la vacuna de AstraZeneca, dado que el bajísimo riesgo de trombopenias inmunes no justifica el ‘experimento’ del esquema mixto sin haber sido probado en ensayo clínico».
Isabel Solá afirma que la opción de dejar a los vacunados con AstraZeneca menores de 60 años con una sola dosis «no parece recomendable en principio». Según la viróloga, los resultados de esta vacuna publicados en ‘The Lancet’ muestran que, con una sola dosis, la eficacia de la vacuna se mantiene en un 74 por ciento hasta los 90 días. Pero entre 90 y 120 días desde la primera dosis la eficacia se reduce a un 32 por ciento. En esto coincide López-Goñi, el microbiólogo explica que los ensayos clínicos de esta vacuna indican que para obtener el máximo de protección posible se necesita la segunda dosis.
«En mi opinión, en ningún caso debe dejarse con una única dosis a los vacunados con AstraZeneca», manifiesta por su parte Pepe Alcamí. Según explica, la segunda dosis no sólo aumenta la protección frente a la enfermedad sino que también «puede ser importante para bloquear la reinfección y transmisión del virus» ya que, en el caso de la vacuna de Pfizer, hay datos que apuntan a esto. Se trata de seis estudios que analizan la protección de la vacuna de Pfizer y BioNTech frente a la infección sintomática y asintomática y muestran «eficacias del 75 al 94 por ciento».
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