Una encuesta realizada por el Sector de Enseñanza de FeSP-UGT revela que el 96,3 por ciento de los docentes no universitarios considera “imprescindible” regular el teletrabajo. Y es que el 69 por ciento de los trabajadores del sector considera que la jornada realizada desde el domicilio durante la pandemia sanitaria “ha sido excesiva y ha generado una notable insatisfacción”. No obstante, un 64,2 por ciento da un aprobado a su experiencia de teletrabajo, pero solo un 6,6 por ciento la calificaría de sobresaliente. El resto, un 35,8 por ciento, valora negativamente esta experiencia.
El sondeo, desarrollado por vía online entre trabajadores de la Enseñanza Pública, Concertada y Privada entre el 11 y el 18 de mayo, pretendía conocer su opinión respecto a una práctica laboral a la que el profesorado se ha visto abocado de un día para otro con motivo de la pandemia del Covid-19 y el cierre de las aulas.
El desarrollo de la actividad docente a distancia ha provocado igualmente la aparición de dolencias específicas asociadas al teletrabajo, corroborado por un 71 por ciento de docentes, y que se traducen en una sintomatología caracterizada por la aparición de problemas de visión, dolores cervicales, así como por ansiedad, estrés o insomnio, derivadas del exceso de trabajo.
Aumento de los gastos
Además de las cuestiones de salud, el teletrabajo ha supuesto, siempre según la encuesta, un incremento de los gastos para el 87 por ciento de los consultados, que citan el consumo extra de electricidad (75,4 por ciento), la compra de equipos o accesorios informáticos (46 por ciento) y la contratación de nuevas conexiones o tarifas de telefonía (25 por ciento), además de otros gastos añadidos.
Un dato importante que revela el estudio es el referente a la seguridad informática. Un 65 por ciento ha tenido que hacer uso de su imagen, y sin embargo tan solo un 43,2 por ciento ha recibido información de su centro educativo sobre la seguridad y los riesgos que podían entrañar las plataformas y aplicaciones utilizadas.
En relación con la seguridad informática, solo el 27,1 por ciento dice tener unos niveles necesarios para el teletrabajo. Por otra parte, el 60,3 por ciento admite no disponer de equipos adecuados para un uso profesional. Estos datos confirman que los equipos informáticos y la seguridad de los trabajadores estaban preparados para un uso doméstico, alejado de cualquier consideración profesional.
En el análisis destaca la sensación de reconocimiento que los trabajadores dicen tener de sus equipos directivos, por la capacidad de gestión e improvisación mostrada en una situación laboral tan inesperada. Un 76,6 por ciento la aprueba con una calificación de cinco o más; y un 47,5 por ciento, con una calificación sobresaliente (8 o más, en una escala hasta 10). Similar porcentaje es el recogido en reconocimiento, comprensión y satisfacción percibidos hacia su trabajo por parte de alumnos y familias.
Los principales aspectos positivos resaltados mayoritariamente por los encuestados sobre el teletrabajo han sido la flexibilidad, suscrito por un 68 por ciento, y la posibilidad de conciliar (46,7 por ciento), así como una cuestión transversal como es la de que se ha contribuido a generar menos contaminación al cancelarse los trayectos hasta el centro educativo, señalado por un 48 por ciento.
Mucha más actividad han tenido los aspectos negativos de respuesta múltiple, entre los que cabe destacar el aislamiento social (73,6 por ciento), el exceso de trabajo (68,7 por ciento), la pérdida de calidad y cercanía en el trabajo (51,3 por ciento), la falta de confidencialidad (42,8 por ciento), la pérdida de trabajo en equipo y la desvinculación con el centro educativo (55 por ciento).