Los castellanos y leoneses gastamos un total de 1.551,9 euros per cápita durante el año 2016 en alimentación, casi 24 euros más que la media nacional, según se desprende del Informe del Consumo de Alimentación en España 2015 publicado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. El gasto per cápita en Castilla y León se elevó así un ligero 1,3 % respecto a 2015 (1.532 euros).

El informe también incluye el consumo medio, donde cada ciudadano comió de media 672,3 kilos, un 1,8 % más que en 2015 (660). El informe destaca que los ciudadanos de Castilla y León encabezan el consumo de aceite de girasol, leche envasada (entera y semidesnatada), carnes de vacuno, ovino-caprino y cerdo, pescado, pan y fruta, principalmente naranjas. Por el contrario, es de las que menos patata congelada adquiere.

De los datos se desprende que por encima del consumo medio per cápita (662,6 kilos) se sitúan también Asturias (709), Canarias (706,8), Galicia (670,5) y Aragón (666,4), en tanto que La Rioja (545,7), Comunidad de Madrid (560,4), Cantabria (588,6) y Andalucía (612,3) son las que reflejan menor consumo.

Alimentos desperdiciados

Entre los datos más relevantes del periodo comprendido entre octubre de 2015 y septiembre 2016, destaca que los hogares españoles tiraron a la basura 1.245,9 millones de kilos de alimentos en condiciones de ser consumidos (24 millones de kilos semanales), lo que constata la concienciación de las familias en la lucha contra el desperdicio alimentario, ya que esta cifra supone una reducción del 6 % respecto al período anterior, es decir, se tiraron a la basura 80,1 millones de kilos menos.

La proporción del desperdicio en los hogares españoles es del 4,3 % o sobre el total de alimentación comprado por los hogares españoles. No se desperdicia en la misma proporción lo que se compra, existiendo diferencias significativas por productos.

Además, el 85,6 % del total de alimentos tirados a la basura se corresponde con alimentos (sin procesar) desperdiciados por los hogares tal cual los compraron. Frutas, verduras-hortalizas y pan son los alimentos más desechados. Con la excepción de frutas, de forma generalizada los hogares reducen la cantidad que tiran a la basura de todos los productos, lo que supone una mayor concienciación acerca del desperdicio de comida. Por otro lado, el 14,4 % del total de alimentos tirados a la basura se corresponde con las recetas cocinadas por el propio hogar y tiradas directamente del plato o de la nevera.

Consumo por categorías

Tal como refleja el panel de consumo, el gasto total de los hogares españoles en alimentación ascendió a 67.095,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,1 %. Por categorías, destaca la importancia de los productos frescos en la alimentación de los hogares, que suponen el 41 % del volumen total consumido y el 44,1 % del presupuesto total destinado a la alimentación.

Por tipos de productos, es importante el crecimiento del consumo de alimentos como los platos preparados (4,2 %), las patatas (1,2 %), la bollería, pastelería, cereales y productos navideños (0,6 %) y los frutos secos (0,3 %). Las legumbres, por otra parte, han mantenido su consumo estable en 2016.

Sin embargo, en otros alimentos como el aceite, la leche líquida, los derivados lácteos, la carne, el pescado, las frutas frescas, las hortalizas frescas, las frutas y hortalizas transformadas, el pan, la pasta y los huevos se constata un descenso.

Hábitos de compra

Respecto a los establecimientos de compra, el supermercado es el canal preferido por los consumidores para realizar las compras, representando el 45,1 % de las compras de productos de alimentación. Sin embargo, los hogares prefieren acudir al comercio especializado para adquirir productos frescos.

Asimismo, se mantiene la tendencia del año pasado en los factores que deciden la elección de los establecimientos por parte de los consumidores. De esta forma, la calidad, la proximidad y cercanía y los buenos precios aparte de las ofertas, son los principales condicionantes a la hora de elegir el consumo.

La compra por internet de productos de alimentación se sitúa en el 1,1 % del volumen de las compras totales de este concepto para el hogar. Por tanto, es un canal con alto potencial de desarrollo, teniendo en cuenta además su baja participación dentro de los productos frescos.

En relación a los hábitos de compra, la salida de la crisis se percibe en un descenso, tanto en el porcentaje de consumidores que elaboran una lista antes de realizar las compras de alimentación, como en el porcentaje de consumidores que manifiestan haber modificado su forma de cocinar y comprar, para aprovechar mejor los productos y contribuir al ahorro.

En cuanto a la importancia de las marcas, destaca la fidelidad de los consumidores que, en un 60,3 % de los casos declara comprar siempre las mismas marcas de alimentación.