Imagen Marques del Arco este domingo 27 de julio
Imagen Marques del Arco este domingo 27 de julio. Segoviaudaz.es

Toledo ha recaudado más de 813.000 euros en solo tres meses aplicando una tasa de 1,5 euros sólo a los turistas que acceden a la ciudad con turoperadores, según publican varios medios de comunicación de la capital manchega. Ese dinero ya se está utilizando para mejorar la limpieza urbana, el desbroce de zonas verdes y la gestión del entorno monumental, en un claro ejemplo de cómo el turismo puede —y debe— contribuir al sostenimiento de la ciudad que visita.

Mientras tanto, Segovia, que recibió en 2024 a más de 1,4 millones de turistas, no ingresa ni un solo euro de forma directa a través de una tasa similar. Esa posibilidad sigue sin materializarse. ¿Cuánto ganaría Segovia si se cobrara esa misma cantidad a todos los que visitan y usan los recursos de la ciudad?: 2,1 millones de euros anuales.

No se trata de penalizar al turista, sino de pedirle una mínima corresponsabilidad. De convertir el turismo en una oportunidad compartida. De asegurarse de que el éxito no se traduzca en deterioro, y que la ciudad pueda seguir recibiendo, con orgullo, a quienes la eligen.

El propio Ayuntamiento de Segovia ha presentado recientemente un informe elaborado junto a Visa, que revela que los turistas internacionales gastaron 46,8 millones de euros en Segovia en 2024, un 68 % más que en 2022. Lo hacen en hoteles, apartamentos, restaurantes, monumentos o tiendas, empresas muy importantes para la economía segoviana, sí, pero, ¿cuánto revierte realmente en la mejora de la ciudad?. El crecimiento es evidente, pero la rentabilidad para los servicios públicos sigue siendo nula.

¿Dónde queda reflejado ese gasto? ¿Cuánto se invierte en mantener el Acueducto, limpiar la ciudad tras las largas jornadas de ocupación o garantizar la movilidad en un centro histórico?¿Quién paga la factura de ese éxito turístico?. A fecha de hoy, los segovianos.

Muchas ciudades europeas ya tienen la respuesta. París, Roma, Viena, Berlín, Ámsterdam, Lisboa… Todas aplican tasas turísticas como parte de un modelo que busca equilibrio entre residentes y visitantes. En España, Cataluña y Baleares también lo hacen, y Toledo acaba de sumarse.

Segovia no puede seguir siendo solo un escenario. Tiene ante sí una oportunidad real de financiar el cuidado de la ciudad con recursos que no recaigan, una vez más, sobre los vecinos. También de regular la convivencia entre turistas y residentes, y proteger así la vida cotidiana en el casco histórico. Es una decisión necesaria, valiente y cada vez más ineludible.

Artículo editorial. Segoviaudaz.es