El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi 2012 cumplía este año su 26 edición, que ha terminado con un balance de un 100% de entradas vendidas en patios y espacios cerrados, sin estimaciones aún del Teatro Juan Bravo, y cerca de 63.000 espectadores, los mismos que han podido disfrutar, desde el 10 hasta el 15 de mayo, de 251 funciones en Segovia capital. 2.296 espectadores menos respecto al año pasado, una cifra confirmada como inferior si no se tienen en cuenta varias consideraciones ni la lógica de las estadísticas, puesto que en esta edición 2012 ha habido un 30% menos de funciones en los patios y en la calle y no se ha representado un espectáculo aglomerador de multitudes como La leyenda del Acueducto, que en la pasada edición reunió a 9.000 espectadores en la Plaza del Azoguejo.

A pesar de que este año se ha optado por los montajes de pequeño formato y aforos limitados, como los de Bruno Pilz, con dos espectadores en cada función, La Soupe, con 25 o Escarlata Circus con 50, las obras representadas en espacios cerrados, han agotado las entradas puestas a la venta con un lleno absoluto cada día -a excepción del Teatro Juan Bravo, con un 90% de tickets vendidos- y 8.623 espectadores, frente a los 8.424 de Titirimundi 2011.

En esta edición número 26, Titirimundi se ha celebrado de forma intensiva y concentrada en 6 jornadas, con 42 funciones por día como media y con un presupuesto bastante inferior al del año pasado, aunque el Ayuntamiento de Segovia no ha cejado en su apoyo y ha sido el principal patrocinador. 34 compañías (6 menos que el año pasado) de 12 países (Alemania, Bélgica, Bosnia, Burkina Fasso, Canadá, Chile, Eslovenia, España, Francia, Italia, Perú y Reino Unido) han mostrado su arte en Segovia durante el Festival. Un Festival cuyas extensiones en Castilla y León han llegado a 8 ciudades de la región (este año Ávila, Burgos, La Bañeza, León, Sabero, Salamanca, Valladolid, así como una importante colaboración con el Festival de Zamora), en las que 16 compañías han exhibido su talento. En Madrid capital, Titirimundi ha formado parte, por segunda vez consecutiva después de un paréntesis de más de una década y con la confirmación de una tercera el próximo año, de la programación del CDN, que ha mostrado en 35 funciones, pequeñas pinceladas de lo que Titirimundi lleva siendo desde hace 26 ediciones. En la comunidad madrileña –la extensión de Titirimundi a la sierra se celebra desde 2002– 11 localidades se han unido a la fiesta de los títeres, y 15 compañías han desembarcado para mostrar un fragmento del Festival. Y todo ello, pese a la crisis que se vive cada día y que a nivel cultural merma las subvenciones y los ánimos.

Éxito en los patios y lleno en las calles

6 patios y 10 ubicaciones de calle, además de 6 barrios incorporados, han sido los espacios privilegiados de la 26 edición de Titirimundi. Una edición en la que, por cuarto año consecutivo, se ha vendido un 60% del porcentaje de las entradas de los patios a través de Internet y la venta anticipada se ha terminado en apenas un par de días.

Asimismo, Titiricole aunó a 900 niños y a los espectadores de la calle que se acercaron a ver la labor de los actores más pequeños de Titirimundi con el mismo ímpetu que en el resto de las representaciones de la programación.

5.570 localidades se vendieron para poder ver los espectáculos de los patios y asistir a montajes como El Circo de las Pulgas, Poli dégaine de La Pendue, Pulcinella de Savatore Gatto, Camaleón de Papelito, o El Bandido Cucaracha de Titiriteros de Binéfar, pocos espectáculos respecto a pasadas ediciones y sin embargo un porcentaje alto de espectadores.

En la calle, un público que siempre sabe responder con entusiasmo

Respecto a los espectáculos de calle, 47.950 espectadores invadieron la Plaza de San Martín, la Plaza Mayor, el Azoguejo, La Trinidad, las Escaleras de la Biblioteca, San Esteban, La Merced y los Jardinillos de San Roque, Paseo del Salón, además de la Calle Real y los barrios incorporados a Titirimundi: 900 personas menos que el año pasado teniendo en cuenta las consideraciones antes mencionadas.

El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi ha cumplido así su 26 edición, consolidándose como uno de los festivales de teatro de títeres más importantes de Europa, donde se dan cita y se propicia el encuentro entre los mejores titiriteros. Este año, además, y por cuarta vez, se ha llevado a cabo el taller de talla de títeres en la Casa de los Picos, a cargo del tallista Chris Geris, de Plansjet. A estas clases prácticas de construcción de títeres de madera han asistido una decena de profesionales y titiriteros, que han disfrutado de la maestría del belga y han podido crear un títere en el tiempo récord de una semana. También los niños han tenido la oportunidad de crear su títere en un taller específico para ellos situado en la Plaza del Azoguejo y a cargo de Gabriel Belloni.

Además, se repartieron en la ciudad 40.000 programas de mano y 3.000 ejemplares de la revista informativa del Festival.

Un Titirimundi que, además, ha marcado la excepción gracias a las buenas condiciones meteorológicas y la posibilidad de disfrutar de los montajes al aire libre, exceptuando la amenaza de tormenta de un día.

Espectáculos como los de Non Nova, que sorprendió a los espectadores por su belleza e innovación en un espacio privilegiado como el crucero de San Juan de los Caballeros o Gaudeaumus, de La Chana, otra de las estrellas del Festival, que junto con la diversión de Bunk Puppets destacaron su presencia en Titirimundi 2012. Un Festival que, además, celebró el 350 aniversario de Punch & Judy, con toda la Plaza de San Martín coreando el cumpleaños feliz durante la actuación del maestro Rod Burnett.

Y es que si por algo se ha caracterizado Titirimundi 2012 ha sido por la fusión del teatro de títeres con otras artes (música, danza, artes visuales), una voluntad de mostrar de forma coherente las tendencias más contemporáneas, con propuestas como las de Circ Pànic, Títeres Cachirulo, Joan Baixas Luna Teatro o Cinema Teatro, y la presencia, más que nunca, del teatro de títeres francés más vanguardista, con montajes de interés como los de La Pendue, o el ya citado Non Nova. Espectáculos realizados con materiales cotidianos, como los de Karyatides, Papelito, A Bout de Ficelle, y el estreno absoluto de Hugo e Inés, cuyo talento admiró a la mayoría.

El arte de los títeres catalán más reciente y los grandes maestros del títere de guante en el mundo se pudieron ver este año en Segovia, donde la calidad ha primado sobre toda cosa y donde el público ha sabido responder con entusiasmo de la esencia de Titirimundi: la fiesta de los títeres.

 

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