Imagen propia aérea

Por María Coco Hernando

La Universidad IE ha cambiado la cara de Segovia. Basta pasear por el casco histórico cualquier día entre semana para comprobarlo: jóvenes de todo el mundo llenan los bares, hablan en inglés en cada esquina y mantienen vivo el comercio local cuando el turismo afloja. Pero no todo el mundo está contento. Mientras algunos celebran su presencia, otros la ven como el origen de problemas cada vez más graves. Así lo siente Segovia. Con la opinión de diez segovianos, de diversos ámbitos, trazamos las ventajas y desventajas de la consolidación de la universidad privada en la capital.

Lo bueno: dinero, vida y rehabilitación

Si algo está claro es que el IE ha traído negocio. Restaurantes, cafeterías, supermercados, taxis, servicios de comida a domicilio… Todos han visto crecer su clientela gracias a los estudiantes. Pero no solo ellos. El auge de la universidad también ha dado un empujón a sectores como la construcción, con reformas constantes para adaptar pisos en alquiler, y a inmobiliarias, que han encontrado en estos jóvenes una fuente de ingresos asegurada.

Además, la institución ha jugado un papel clave en la rehabilitación del patrimonio de Segovia. Ejemplo de ello es el Palacio de Mansilla, que probablemente seguiría abandonado si no se hubiera convertido en parte del campus, como apuntan los segovianos consultados, inquietos, por el abandono de otros espacios.

Y luego está la parte cultural: Segovia, una ciudad tradicionalmente tranquila y con tendencia a vaciarse en invierno, ahora tiene un aire más cosmopolita, con estudiantes de más de 160 países dándole vida a sus calles y negocios entre semana.

Lo malo: alquileres disparados y saturación de servicios

Pero el crecimiento del IE también tiene un coste, y muchos segovianos lo sienten cada día. La subida del alquiler en la ciudad ha sido mayúscula: Segovia fue la capital de provincia con el mayor aumento del precio del alquiler en 2023, con un 24,6% de incremento. El casco histórico es el epicentro del problema, donde los propietarios prefieren alquilar a estudiantes extranjeros que pueden pagar cifras inalcanzables para muchos locales.

Pero el problema no acaba ahí. La presión sobre los servicios de transporte y salud ha aumentado. Los taxis, esenciales para conectar la ciudad con la estación del AVE o el hospital, a menudo están ocupados por estudiantes y turistas. Los autobuses Madrid-Segovia, cada vez más demandados, han visto cómo su ocupación se dispara, dejando sin plaza a trabajadores que dependen de este transporte a diario. Incluso los centros de salud han notado el impacto de esta población flotante.

Falta de previsión institucional

A pesar del crecimiento constante de estudiantes, para los segovianos consultados, las instituciones no han trabajado en una solución clara: no hay suficientes residencias universitarias mientras que muchos edificios en el centro permanecen vacíos.. Los segovianos se preguntan el porqué no se llega a acuerdos entre administraciones, o con empresas privadas, para la recuperación de espacios como el Hospital Policlínico o la rehabilitación de otros edificios.

¿Y si el IE se va?

¿Qué pasaría si decidiera dejar Segovia e instalarse únicamente Madrid? Para algunos, sería un alivio: los alquileres podrían bajar y los servicios se descongestionarían. Pero para otros, supondría un golpe durísimo. ¿Sobrevivirían los negocios que dependen de estos estudiantes?

IE en Segovia: ¿Sí o No?
La pregunta sigue en el aire. No hay duda de que el IE ha transformado Segovia. Ahora toca decidir qué camino quiere tomar la ciudad: ¿seguir dejando que el mercado marque las reglas o empezar a gestionar su crecimiento de manera sostenible?

La pelota está en el tejado de las administraciones… y de todos los segovianos.