Todo está a punto en las Cortes Regionales para empezar a recibir las piezas que conformarán la ambiciosa exposición ‘Comuneros. V centenario’, una muestra que abrirá sus puertas el próximo 22 de abril en el hall del parlamento autonómico, para conmemorar el quinto centenario del movimiento comunero.
La exposición se desplegará por los más de 600 metros cuadrados del vestíbulo, que ha tenido que someterse los últimos meses a una reforma específica, que permite mantener en ese espacio las exigentes condiciones de control de temperatura y humedad estables que precisan los grandes museos e instituciones, desde el Prado a la Biblioteca Nacional, que han cedido las valiosísimas piezas que podrán contemplarse en Valladolid durante los próximos cinco meses. Mañana mismo, miércoles, comenzará el montaje de obras procedentes de las mejores pinacotecas, archivos y museos de España, informa Ical.
Como señala en declaraciones a Ical el director de la Fundación de Castilla y León, Juan Zapatero, el proyecto de acondicionamiento del hall estaba sobre la mesa hace unos años, y ya con exposiciones como la que exhibió allí la Colección Bassat a comienzos de 2019 quedó claro que era preciso abordar la reforma. “Por la antigüedad y el valor artístico de las obras que conforman ‘Comuneros. V centenario’, que en muchos casos pertenecen a colecciones de museos nacionales, si queríamos tenerlas había que cumplir con las condiciones ambientales que exigen esas instituciones y que ellas mismas tienen cuando exponen las piezas”, señala.Según apunta, “cuando se diseñó este edificio, el hall, que es espectacular y que reúne unas condiciones expositivas muy singulares, se pensó como un espacio de paso. No se tuvo en cuenta que pudiera requerir unas condiciones de climatización como las que ahora va a tener. Básicamente ha sido necesario reforzar la potencia de la máquina que matiza esa zona, y ampliar la capacidad de los conductos que llevan el aire caliente y frío hasta allí”.
La exposición acogerá obras “muy variadas”, en diferentes soportes, desde delicados manuscritos hasta óleos sobre lienzo o sobre tabla, que exigen condiciones de conservación, de temperatura y humedad ligeramente distintas. “Traeremos libros de hace cinco siglos, documentos originales de aquella época, y cada una de esas piezas requiere unas condiciones óptimas de conservación. Lo fundamental en todos los casos es conseguir estabilidad y evitar variaciones bruscas de temperatura y humedad. Las piezas deben estar siempre entre los 19 y los 20 grados, con oscilaciones de más menos dos grados, con entre un 60 y un 80 por ciento de humedad”, recalca.
Eficiencia energética
Con la actuación acometida para lograrlo, mejorará de forma significativa la eficiencia energética del edificio, inaugurado catorce años atrás. Así, permitirá utilizar el hall no solo para exposiciones, sino recuperar en condiciones óptimas el uso ocasional que ha tenido en momentos como la celebración del Día del Estatuto o de la recepción a emigrantes ‘Castilla y León, tierra de acogida’. “Hasta ahora había que tener el hall cerrado unos días antes y poner la calefacción muy fuerte para que luego, cuando se le fuera a dar uso, hubiera una temperatura en la que se pudiera estar en el hall y no solo pasar por él. Con esta mejora será todo mucho más fácil, eficiente y controlable, con menos gasto energético”, explica.
“Hay que agradecer la comprensión de todo el personal que trabaja habitualmente las Cortes: los procuradores, las autoridades que vienen a los plenos y los propios funcionarios y trabajadores de los grupos, porque durante todo este tiempo el hall ha dejado de ser un lugar de paso, para convertirse en un espacio expositivo cerrado, y ha sido necesario modificar el itinerario habitual de acceso al hemiciclo o a los puestos de trabajo. En otras exposiciones el hall se ha mantenido como zona de paso, pero ahora por motivos de seguridad era imposible”, destaca.
Un acontecimiento cultural
A la espera de ver los aforos que permiten las autoridades sanitarias y de conocer la evolución de la crisis sanitaria, la exposición contará con aforo controlado, un itinerario unidireccional y distancia de seguridad, y ofrecerá la oportunidad de participar en visitas guiadas en grupos de hasta 5 personas, previa reserva por correo electrónico o por teléfono. Contará con un horario de apertura “bastante amplio”, los siete días de la semana de diez a una y media y de cinco a ocho, con la posibilidad de ampliarlo “un poco” si fuera necesario porque la demanda de visitas fuera muy grande.
“Creo que esta exposición está al nivel de las grandes exposiciones que se han hecho en Valladolid, y estoy pensando en la primera edición de Las Edades del Hombre o en alguna otra muy significativa y especial que se ha hecho en la capilla del Monasterio de Nuestra Señora de Prado. Si no fuera por las condiciones de pandemia en las que estamos, tendría un volumen masivo de visitas, por parte no solo de castellanos y leoneses, sino de las provincias que habitualmente son emisoras de turistas para nosotros, como Madrid, País Vasco, Cantabria o La Rioja. En estas condiciones ya veremos qué sucede cuando decaiga el estado de alarma el 9 de mayo; todo está por ver”, señala Zapatero.
Según reconoce, el esfuerzo que se ha hecho desde la Fundación para que esta sea una exposición “histórica” ha sido muy grande. “En esta casa no ha habido otra similar, y no sé si en los próximos 500 años la volverá a haber, porque es muy difícil que salvo en una situación muy especial, como es el quinto centenario, se pueda afrontar un esfuerzo tan grande a nivel de de coordinación, de diplomacia para que nos dejen las obras, de diseño y económico también…”, explica.
La exposición, como el resto del amplísimo programa de actividades que conforma el proyecto ‘El tiempo de la libertad. Comuneros V centenario’, pretende “dar a conocer el fenómeno de las comunidades, la guerra, las ideas políticas que la sustentaron la contraposición de dos visiones distintas del mundo por parte de un emperador criado en el centro de Europa, y de una sociedad castellana acostumbrada a otra forma de gobernar”.
La capacidad visionaria de los comuneros y todo el pensamiento político que hubo por detrás, en universidades y en conventos, es a juicio de Zapatero un de las cosas a las que nunca se les ha dado el valor que tienen. “Queremos que la exposición refleje de una forma muy gráfica, a través de las obras de arte y los objetos de la época, cómo eran esas concepciones enfrentadas de ambos bandos. Si conseguimos que las comunidades y los hechos que ocurrieron sean más conocidos, y que alguien se pregunte por qué pasó todo esto y qué había detrás de los enfrentamientos militares, estaremos satisfechos. Pero más allá del dispositivo pedagógico o divulgativo que encierra la exposición, la mera contemplación de obras de arte muy hermosas o de piezas muy curiosas que jamás se habían visto juntas ya de por sí valdrá la pena”, concluye.