El Ministerio de Educación ha concedido 988.680 euros de ayudas a 214 alumnos de las universidades de Castilla y León beneficiarios de becas de movilidad ‘Séneca’ para el curso 2010-2011 en el marco de la iniciativa SICUE (Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios de España), según se recoge en la resolución que ha publicado en su edición de hoy el Boletín Oficial del Estado (BOE). Además, las instituciones académicas de la Comunidad recibirán a otros 153 estudiantes.
Del total, disfrutarán de una beca ‘Séneca’ 22 alumnos de la Universidad de Burgos, 24 de la Universidad de León, 92 de la Universidad de Salamanca, nueve de la Universidad Pontificia de Salamanca y 67 de la Universidad de Valladolid. Este programa de ayudas consiste en facilitar ayudas económicas a estudiantes universitarios para los gastos de desplazamiento y estancia en otra universidad española e incluye el reconocimiento académico de los créditos aprobados en una universidad distinta a la que se encuentran matriculados.
Las ayudas, en base a nueve meses de intercambio, tienen una cuantía de 4.620 euros por beneficiario, de los que 120 son en concepto de ayuda de viaje, y el resto correspondiente a nueve mensualidades de 500 euros para la estancia. Desde la convocatoria para el curso 2008-2009, el modelo de gestión aplicado a estas becas es similar al ya puesto en práctica en otras ayudas, en el que las universidades receptoras de estudiantes actúan como entidades colaboradoras, al percibir los importes de las becas y realizando el pago a los beneficiarios.
Por su parte, en el marco de estas mismas ayudas, las universidades de Castilla y León serán receptoras de 153 de alumnos de otras universidades del resto del Estado.
Las Becas ‘Séneca’ tienen por objeto fomentar que una parte de los estudios universitarios puedan seguirse en universidades distintas a aquella en la que el estudiante se encuentre matriculado, con reconocimiento inmediato en su expediente académico de los créditos cursados, y fomentar la movilidad de los estudiantes, para consolidar un sistema universitario español más permeable y comunicativo que además incrementará la diversidad y amplitud de la oferta educativa en la educación superior, con la consiguiente repercusión en la mejora de la formación de los estudiantes.