Los expedientes abiertos a jóvenes por agresiones a sus progenitores en Castilla y León aumentaron un 24,5 por ciento durante el último, después de que en 2019 se registraran 168 procedimientos frente a los 135 del ejercicio anterior, según los datos del estudio ‘Violencia filio-parental en España’ de la Fundación Amigó tras analizar las diferentes memorias de las Fiscalías de Menores de las comunidades autónomas.
El mayor número de expedientes tuvieron lugar en las provincias de Burgos (42), León (35) y Valladolid (32), a las que siguieron Ávila (20); Zamora (14); Salamanca (diez), Segovia (nueve); Soria (cuatro) y Palencia (dos).
La Fundación Amigó alertó del «grave» problema social al que se enfrenta la sociedad, al recordar que sólo se denuncian los casos más graves, entre un 10 y un 15 por ciento del total. «Hablamos de un problema que en la mayoría de las ocasiones es oculto y es necesario dar visibilidad y concienciar a la población de la situación», precisó.
A nivel estatal, los expedientes de agresiones filio-parentales aumentaron un 4,6 por ciento durante el año 2019, situándose en 5.055 los procedimientos incoados a menores por este tipo de delito, frente a los 4.833 registrados durante 2018. Este tipo de delitos ya supone el 17,8 por ciento del total de los expedientes abiertos a menores de edad.
Andalucía fue la comunidad donde se abrió un mayor número de expedientes a menores por este tipo de delito (1.136), seguida de Valencia (837), Madrid (687), Canarias (514) y Cataluña (312).
La psicóloga de Fundación Amigó Irene Gallego apostó por la labor de sensibilización y prevención que evite la instauración de la violencia en el ámbito familiar. “Es de gran importancia dotar de las estrategias necesarias a las familias que sufren esta problemática. Un trabajo en red que aúne pautas, formación y conocimiento sobre esta alarmante problemática, disminuirá el estigma de las familias que lo viven”, apuntó.
En este sentido, la Fundación Amigó ha llevado a cabo un proyecto de investigación para conocer el perfil de las personas que viven situaciones de violencia filio-parental. A través de la investigación con una muestra de un millar de personas, analizó diferentes factores de riesgo que influyen en la incidencia de este tipo de violencia, así como la modificación de la conducta paternal para evitar el conflicto, la no aceptación de la autoridad, el maltrato psicológico y la violencia física.
Entre las conclusiones del estudio, aparecen que la media de edad de los hijos agresores es de 15 años y medio mientras que la de los progenitores ronda los 46. El 71 por ciento presenta el problema cuando los hijos tienen entre 12 y 18 años, aunque esa violencia es principalmente ejercida por los varones. Además, este tipo de situaciones viene acompañada de una disminución del rendimiento escolar y con algún tipo de adicción.