El rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel, manifestó su confianza en que la segunda fase del campus de Segovia pueda estar redefinida “antes de diciembre”. El proyecto inicial, en suspenso desde 2010 por falta de financiación, está siendo “reexaminado” para comprobar “si conviene o no” ejecutarlo tal y como se concibió entonces, aunque la idea es respetar la esencia de una ampliación que, según reconoció, probablemente no se podrá empezar a ejecutar al menos hasta 2016.
La primera cuestión que debe aclararse es si la Universidad opta por construir la segunda fase por módulos, para contar lo antes posible con las instalaciones que se consideren más urgentes, o si se ejecuta en bloque. En principio cuenta con más “consenso” la segunda opción, según señaló Miguel, en declaraciones a la prensa recogidas por Ical, minutos antes de participar en la toma de posesión del decano de la Facultad de Educación de Segovia, Andrés Palacios, en el edificio Vicerrector Santiago Hidalgo.
“Parece que el consenso es que es mejor tener todo el edificio en un bloque unificado y bien pensado, aunque sea un poco más tarde, en lugar de ir haciendo parches con los que al final te has gastado el dinero y no tienes lo que querías”, indicó el rector. Y sobre el “reexamen” del proyecto inicial, explicó que “no tendría sentido coger lo que había hace unos años y tratar de hacerlo ahora sin ver si efectivamente si es lo que conviene o no”.
La revisión está en manos del vicerrector de Patrimonio e Infraestructuras, Luis Manuel Navas, quien, junto con el arquitecto y el resto de su unidad técnica, se mantiene en contacto con los directores y decanos de los centros del campus María Zambrano para actualizar sus necesidades. “Quizá por ejemplo se hubiera previsto cierto número de despachos y ahora hacen falta más, o igual conviene un laboratorio donde se pensaba poner una sala para cualquier otra función”, aclaró Miguel, tras ser preguntado de nuevo al término del acto, para aclarar que no se trata de dejar de lado el primer proyecto y partir de cero.
El presupuesto, también en revisión
En paralelo a la concreción de estos detalles se debe precisar también el presupuesto final de una intervención que, antes de quedar en suspenso, se valoraba en unos 13 millones de euros. Entonces ya se anticipó que probablemente sería necesario un ajuste a la baja para acometer la obra en el futuro y, si bien Miguel declinó aventurarse a hablar todavía de cifras, reconoció que reducir el presupuesto facilitaría que se pueda llevar a cabo.
“Habría que terminarlo (el proyecto) tal y como estaba concebido, aunque hay que ver si se mantiene todo lo que estaba o se cambian unas cosas por otras”, insistió el rector. “Y lo último, si se puede quitar alguna cosa para abaratarlo, de acuerdo con los arquitectos que lo hicieron, eso nos daría más posibilidades de hacerlo”, si bien matizó que tampoco se pretende un ajuste excesivo que pueda comprometer a la constructora y, en consecuencia, la propia intervención.
“Se trata de seguir trabajando para perfilar la segunda fase y tener las ideas bien claras, y una vez que las tengamos y valoremos cuánto cuesta, ir a por los recursos para poder hacerlo”, resumió Miguel. De hecho, la Universidad continúa “hablando con las autoridades locales y provinciales, aparte de la Junta”, para tratar de recabar su apoyo económico, pero admitió que “son tiempos difíciles” y no descartó recurrir a “soluciones más imaginativas si hace falta” para terminar de cubrir el presupuesto con financiación externa.
En cualquier caso, aunque la segunda fase pueda estar “perfilada y valorada de forma realista antes de diciembre”, todavía quedará por delante un proceso de tramitación administrativa (para la redacción del proyecto definitivo, licitaciones y adjudicaciones) que, según admitió, puede demorar el inicio de las obras al menos hasta 2016. Y para ello tendrá que haberse resuelto antes el problema de la falta de financiación, dado que la UVa está “saneada”, pero carece de capacidad económica para acometerlo en solitario.
Imagen: El vicerrector de la UVA en Segovia, Juan José Garcillán; el rector de la UVa, Daniel Miguel San José
y el nuevo decano de la Facultad de Educación, Andrés Palacios Picos/ Diego de Miguel-ICAL