Queridos amigos!!
Os saludo desde aquí, desde lo más alto.
Ante todo quiero agradeceros a todos las múltiples muestras de cariño que me habéis mostrado a mí y a mis hijos: Luisa, mi Toño, Beatriz y Chicho, durante los últimos días.
Me resulta imposible hacerlo personalmente uno a uno, así que lo hago por este medio. Mil gracias a los que acompañasteis a mi familia en el velatorio del tanatorio, en el funeral oficiado en mi parroquia La Trinidad por Don Andrés de la Calle, en el entierro en el cementerio del Santo Ángel de la Guarda y en la misa de privilegio.
Y gracias también a quienes no pudiendo acompañarnos en persona, nos transmitisteis vuestro pesar por medio de llamadas telefónicas, whatshaps o mensajes a través de las distintas redes sociales, de las cuales yo nunca llegué a entender mucho.
Mensajes que han llegado desde todos los puntos de España y desde numerosos países del mundo como Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Escocia, Suiza, Alemania, Ucrania, Australia, Singapur Venezuela, Brasil o EEUU.
Gracias a la familia, amigos y vecinos del barrio que habéis rodeado y arropado a mis hijos estos días. A sus compañeros de los institutos de La Albuera, de La Granja, El Espinar, Mariano Quintanilla o Andrés Laguna; del colegio de La Aneja, del IE Universidad, del equipo de fútbol de Deportes Lalo; de Bibliotecas y Archivos de Segovia (BIBAR), del Club de Lectura Di-Vinos Libros; de la Peña del Cocido y de la de Los Lunes; de la Asociación Pluralismo y Convivencia; de la Asociación de Andariegos de Segovia; de la Asociación de Amigos del Camino De Santiago de Segovia; de la Asociación de Barmen de Gran Canaria; de la Parranda La Aulaga; de la Asociación de Sumilleres de Segovia y de Castilla y León; de la Asociación de Cocineros de Segovia; de la Asociación de Camareros de Segovia; de la Diputación Provincial de Segovia, de la Cámara de Comercio de Segovia, de El Adelantado de Segovia, de Televisión Segovia y del resto de los medios de comunicación de Segovia.
Y gracias a las distintas entidades culturales de Segovia como la Sociedad Filarmónica de Segovia -que tuvo a bien acordarse de mí en su última asamblea-, el Teatro Juan Bravo, el Torreón de Lozoya, el Museo Rodera Robles, el Nuevo Mester de Juglaria, La Esteva, la Ronda Segoviana, el Puntillo Canalla, Nao Damores, Tutto Voce, Femuka, el Museo Esteban Vicente, la Academia de San Quirce, la Fundación Villa de Pedraza; o entidades deportivas como la Gimnástica Segoviana -mi quinta-, el torneo de tenis de El Espinar, el Segosala, la Delegación Provincial de Ciclismo o el Club Ciclista 53×13, o grandes deportistas como Javi Guerra o el exseleccionador de fútbol sala o del Caja Segovia, Venancio López, o numerosos exjugadores de ese mismo equipo, que también nos han hecho llegar sus condolencias.
Agradezco también sus pésames transmitidos en persona o por vía telefónica al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; al vicepresidente de las Cortes de Castilla y León, Francisco Vázquez; al alcalde de Segovia, José Mazarías Pérez, y un buen número de concejales de su Ayuntamiento; al consejero de Movilidad y Transformación Digital, Jose Luis Sanz Merino; a los vicepresidentes de la Diputación, José Maria Bravo y Magdalena Rodríguez Gomez y a un sinfín de otros diputados provinciales y alcaldes de la provincia (Cuéllar, El Espinar, La Granja, Turégano, Martín Muñoz de las Posadas, Labajos, Barbolla, Aldeasoña, Sangarcía, etc), especialmente al Ayuntamiento de El Espinar, y parlamentarios regionales y nacionales; a la subdelegada del Gobierno, Marián Rueda; al obispo de Segovia, César Franco; al presidente de la Empresa Familiar de Castilla y León, Pedro Palomo; y al presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES), Andres Ortega
Y, cómo no, a todos mis buenos amigos de la hostelería segoviana, como el Bar Correos, el Seve, Vogue, Canavans, el restaurante José María, la Oja Blanca, el Jose, el Cochifrito, el Bahía, La Concepción, el Bar el Socorro, El Sitio, Los Comuneros, Santana, El Cordero, El Maracaibo, Mesón de Cándido, El Casares, El Bernardino, La Tropical, Venta Magullo, El Soto, El Chafa, El Narizotas, El Arriero, La Trébede, La Viña de San Rafael, La Portada de Torrecaballeros, Tinín de Sepúlveda o El Corral de Joaquina de Pedraza. Ya sé que en mi velatorio algún conocido hostelero comentó: “hay aquí más camareros que en la fiesta de los Camareros”.
Y gracias a todos los medios de comunicación que se han hecho eco de mi marcha, y que en su día me hicieron un poco famosa, como Segoviaudaz.es -precioso el artículo que me dedicó mi amiga María Coco Hernando-; el Día de Segovia -¡cómo escribe Marcelo Galindo Miranda!-; el Acueducto de Segovia y El Adelantado de Segovia -gracias especialmente por el artículo que firma hoy en sus páginas Juan Andrés Saiz Garrido: “ya he saludado aquí a Tatán de tu parte”-; y los recordatorios que hicieron Radio Segovia, Norte de Castilla, Onda Cero de Segovia y Cope de Segovia.
Y gracias por las cariñosas y extensas palabras que en sus perfiles sociales me han dedicado la historiadora Mercedes Sanz de Andrés, el restaurante Casares -en su próximo aniversario allí me tendrán-, el artista Jesus De La Cruz Leonor, el restaurante Corral de Joaquina de Pedraza, el concejal de Cultura Juan Carlos Monroy y el torneo de tenis de El Espinar; y el espectacular video que ha montado el pintor y también grandísimo amigo Jose Luis Lopez Saura -seguiré con atención la finalización de su próximo trabajo en la travesía del Patín-.
Y mis disculpas, si me he olvidado de mencionar a alguien, pero ya sabéis que a última hora la memoria no era uno de mis fuertes.
Es verdad que la vida me pegó duro aún muy joven, pero no puedo negar que la he podido disfrutar con creces hasta casi el final. Como cantan mis amigos canarios de La Parranda La Aulaga, quienes tan buenos momentos me hicieron pasar en mi visita a Gran Canaria y en la suya a Segovia, “un pasito para alante, un pasito para atrás”. Gracias a ellos, como a mis amigos los dulzaineros segovianos y a la familia San Romualdo, pude bailar tanto.
Como seguiré bailando aquí arriba. Ah, y no os preocupéis, que aunque estoy recién llegada, ya he visto que disponemos de una amplia oferta cultural de cine, exposiciones, teatro, música, zarzuela u ópera, y deportiva, de las que podré seguir disfrutando.
Y ya estoy liada de nuevo con la gimnasia, sin necesidad de tirar del Ventolín ni tener que dormir enganchada a la máquina de oxígeno, porque aquí en lo más alto de otra cosa no, pero de oxígeno vamos sobrados.
Ah, y tranquilos, que ya os veía venir, que sí, que sí, que también hay bares y restaurantes, especialmente uno gallego en el que hay zamburiñas y gambas al ajillo.
Y ahora sí, he querido dejar para el final mi agradecimiento a todo el personal del Hospital Recoletas, especialmente a Fuencisla de Pedro y José Javier Moreno Palomares, y de la Residencia de Espirdo; y al Dean de la Catedral, otro buen amigo, Don Ángel García Rivilla, que me acompañó en el último momento..
Ellos hicieron posible que me pudiera marchar en paz, sin dolores y rodeada por mi hijos. Y lo hice en una semana muy especial para mí, la dedicada a la patrona de Segovia, la Virgen de la Fuencisla, a la que tanta devoción profesé en vida y a la que esta tarde acompañaré como siempre en su regreso a su Santuario.
Y a mis sobrinos nietos y biznietos, los propios y los adoptados -porque ya sabéis que mis hijos me han cuidado, pero no me quisieron hacer abuela-, solo deciros que no lloréis por mí. Desde aquí arriba seguiré velando por vosotros. Fuisteis mi mayor alegría durante los últimos años.
Y a todos, familia, amigos, vecinos, fans, …, solo deciros que disfrutéis lo más que podáis de la vida, que ayudéis a los demás, y que no perdáis el tiempo en riñas o en discusiones
Y aunque algunos de mis seguidores llegaron a pensarlo –Ana San Romualdo, Eduardo Ferreira González…-, pues no, no soy inmortal, aunque confío en poder seguir viviendo un poquito en todos y cada uno de vosotros.
Y ya sólo para terminar, ahora sí, como apuntaba mi “novio” en mi velatorio, Jesús San Romualdo, solo me preocupa una cosa: “a ver ahora que no estoy yo, quién va a sacar a tomar un chato a mis hijos!!”.
La Jefa Juanita