Segovia esconde tesoros que a veces pasan inadvertidos pero que merece la pena mirar con calma, alzar la vista y disfrutar. Uno de esos tesoros es la torre defensiva de los Mercado-Peñalosa, ubicada en el municipio segoviano de Lastras del Pozo, donde Don Pedro de Mercado y doña Inés de Peñalosa crearon el mayorazgo de Lastras en 1506.
La torre se encuentra en pleno casco urbano actual, tanto que pasa inadvertida puesto que se encuentra, además, rodeada por el Palacio y otros edificios que impiden vislumbrar ampliamente la envergadura de la torre desde algunos puntos del pueblo.
Sin embargo, en su momento, allá por el siglo XV, formaba parte del palacio de la familia Mercado, que contaba con esta torre de carácter defensivo, pues el municipio se extiende en una zona alta muy cercana a la frontera entre Segovia y Ávila. Este fue, de hecho, el motivo de su construcción: vigilar este paso fronterizo desde el lugar más alto y, por tanto, el más apropiado.
El estilo de la torre
Llama la atención al ver la torre la mezcla de materiales: se trata de una construcción de sillería principalmente de piedra caliza pero con defensas de granito de gran robustez y escasos vanos. Además encontramos también una interesante mezcla de estilos: Por un lado encontramos una decoración a base de medias bolas en su torreón, propia de la época de Isabel la Católica, a quien se le atribuye un especial gusto por esta ornamentación que encontramos en multitud de edificios segovianos de su época. Sin embargo, también vemos algunos detalles góticos, como el escudo de las familias que se encuentra en el exterior.
Declarada Bien de Interés Cultural siendo propiedad de Moro
Hace 15 años (marzo de 1996) que se declaraba Bien de Interés Cultural esta torre que data del siglo XVI y que perteneció a la familia de los Mercado-Peñalosa. A lo largo de los siglos su estructura ha permanecido intacta, tanto que en el último cuarto del pasado siglo casi se echa a perder. Fueron los esfuerzos de su nuevo propietario, el escultor segoviano José María García Moro, quien compró la propiedad en 1975 a la familia Galicia, heredera de los Mercado-Peñalosa, y evitó su estado de ruina a través de numerosas intervenciones.
Moro trabajó y vivió en la torre, que se convirtió en su orgullo durante muchos años. «Llevo más de 21 años trabajando para rehabilitar la torre. Podría haberme dedicado a vivir en cualquier otro sitio, exponer y darme más a conocer por mis obras», decía Moro en una entrevista concedida a El Adelantado de Segovia en marzo de 1996. Sin embargo, no lo hizo. Se quedó en Lastras del Pozo y cuidó de esta torre hasta su muerte donde muchas de sus obras tomaron forma en un entorno inigualable. Su objetivo era convertirla en un museo con cuatro salas, una idea que finalmente no se ha realizado, al menos por el momento. ¡Sería hermoso ver el sueño de Moro hecho realidad!
No son muchos los afortunados que han podido ver el interior, especialmente en los últimos años. Sin embargo, en vida de Moro éste disfrutaba invitando a sus amigos y no ponía dificultades a los curiosos que querían ver las dependencias de la torre, un paseo que te transportaba al siglo XV con solo dar unos pasos.
Hoy continúa siendo propiedad de la familia del escultor y no cuenta con un horario de visitas. Según vecinos del pueblo, «la familia apenas viene ya y no es fácil ver el interior». Algunos indican que si alguno de los guardas está en la zona y cuenta con el permiso de la familia, la enseña por dentro, «o al menos eso creo», matiza uno de los vecinos.