El nivel de afiliación supera en casi medio millón el nivel previo a la pandemia, con un crecimiento especialmente intenso en sectores innovadores
El primer trimestre de 2022 cierra con un importante crecimiento del empleo, sin apenas impacto derivado de la incertidumbre de la guerra. Respecto al trimestre anterior, el empleo ha crecido en más de 170.000 empleos, superando el crecimiento registrado en los años previos a la pandemia.
Además, tres meses después de la entrada en vigor de la reforma laboral, se aprecian con mayor intensidad sus efectos positivos, con un incremento del peso de los contratos indefinidos sobre el total y una aceleración de la reducción de los contratos de muy corta duración. Concretamente, en marzo el 75% de los afiliados tienen contratos indefinidos, lo que supone 5 puntos más de lo habitual antes de la pandemia, y un 25% son temporales.
En los años previos a la pandemia, esta distribución era del 70% de indefinidos, frente al 30% de temporales. Por su parte, el empleo temporal sigue cayendo. Las medidas incluidas en la Reforma Laboral contribuirán a ahondar en este comportamiento.
Cabe desSe ha producido un incremento especialmente intenso en sectores innovadores como Información y Comunicaciones (12,4%) y Actividades Científico-Técnicas (6,8%).
Además, si se mide el empleo en horas trabajadas, se aprecia la recuperación también respecto a antes de la pandemia. Por sectores, también ha crecido especialmente en Información y Comunicaciones.
En cuanto al número de trabajadores protegidos por ERTE vinculados a la COVID-19, ha cerrado marzo de 2022 en 79.441 personas, que representan el 0,5% del total de afiliados. Además, otros 17.162 trabajadores están en otras modalidades de ERTE no relacionadas con la pandemia. En ambos casos, supone una fuerte reducción respecto de los niveles de octubre de 2021, cuando se puso en marcha la última prórroga de los ERTE.
A partir del 1 de abril entra en vigor el nuevo esquema permanente de ERTE, aprobado con la reforma laboral, que sigue un modelo similar al vigente hasta marzo con exoneraciones en las cotizaciones sociales.
Con las nuevas fórmulas se prioriza la reducción de jornada sobre la suspensión de empleo y el objetivo, al igual que con los ERTE-COVID, es que las empresas utilicen este mecanismo de ajuste y no el despido, en caso de crisis económicas o sectoriales.