La Gimnástica Segoviana repetirá – como mínimo – un años más en la Segunda RFEF. El logro no es menor, porque con un presupuesto ajustado ha logrado sumar cuarenta y cinco puntos a falta de seis jornadas, cuando la permanencia está cifrada en los 41-42. Con el triunfo de este domingo ante el Atlético Paso (2-1) vuelve además a colocarse en Fase de Ascenso a Primera RFEF, siguiente reto para los pupilos de Ramsés Gil.
La Segoviana no tiene la frescura ofensiva de meses atrás y tiene que masticar los partidos para sacar réditos en casa, su auténtico granero de puntos de toda la campaña, porque los rivales han aprendido a hacerle daño también en La Albuera. Ante algo menos de 1.000 espectadores la Gimnástica hizo méritos para golear, pero pudo encontrarse en desventaja en el marcador nada más empezar el segundo acto.
Pero el gran valor del plantel es que le tiene una fe ciega a su entrenador y la máxima de que el esfuerzo no se negocia. Por eso cuando no tienes un día fino en ataque, la actitud te lleva a pelear partidos y en este caso a ganarlos. Que le pregunten a Manu Olmedilla.
Manu resuelve un partido de más a menos de los gimnásticos
El capitán gimnástico no está entre los más talentosos del equipo, pero su implicación es máxima y contagiosa. Y la grada de La Albuera lo sabe y lo valora. Este domingo le tocó marcar al capitán a su manera con un disparo en semi fallo pero que entró, que era lo que importaba.
Empezó la Segoviana mandona y ofreció buenos minutos al respetable con varios saques de esquina consecutivos. Fue después de uno de ellos cuando un balón devuelto al área por Manu con la ayuda de De Frutos lo metió en la portería Plomer después de una sucesión de rechaces. Antes pudo marcar Borrego e incluso Gómez.
Con el gol en contra el Atlético Paso reaccionó y logró el empate por mediación de Piera gracias a una imprecisión en defensa de los azulgrana y las dudas de Carmona, que salió de su guarida cuando quizá no debía.
Después del descanso, el Atlético Paso perdona
Tras el empate, el cuadro canario de La Palma llevó el partido a su terreno generando incertidumbre en la Gimnástica que no vio con malos ojos el descanso. Incluso pudo adelantarse en el marcador después de un error en defensa de los segovianos con un balón que le quedó franco y de cabeza a Aridane, que lo mandó alto.
Reaccionó la Gimnástica, pero sin inquietar demasiado a Kellyan. Estaba el partido más para el empate que para otra cosa dada la poca profundidad de ambos equipos cuando Acuña, por banda izquierda midió a su par – Fede Olivera – y mandó un balón raso y tenso al corazón del área. Allí apareció Manu que – casi de cualquier manera – empaló la pelota que, mordida, terminó entrando en la portería canaria.
Ramsés protege del centro del campo
Juan de la Mata primero, Ivo, Arranz, Hugo Marcos y López fueron entrando al campo por parte de la Gimnástica para estirar al equipo en ataque, juntarlo en defensa y evitar disgustos como el del Leganés B. en el que se fueron dos puntos en un minuto. No sufrió en exceso la Segoviana ante un equipo canario algo cansado y que no encontró respuesta a sus necesidades en los hombres de refresco. Incluso pudo tener una opción de aumentar la renta si el colegiado cobra el penalti que reclamó Gómez. Contacto hubo, sin duda, porque el segoviano tuvo que cambiarse la camiseta al tenerla manchada de sangre.
Con el final del partido llegó la alegría de jugadores y cuerpo técnico al sellar la permanencia. Todo lo que venga ahora será un regalo inesperado a principio de temporada. No cabe duda de que la temporada de los gimnásticos ha sido brillante, sobre todo en casa, y puede incluso catalogarse como la mejor de su historia, con una inercia que le hace consolidarse en una categoría exigente como es la segunda RFEF.