'Santísima Trinidad' de Segovia

Este eje podría ser el ‘Triángulo de las Bermudas’ o la ‘Santísima Trinidad’ de Segovia; en cualquier caso, lo que es evidente es que son tres puntos claves en la ciudad de Segovia.

Formado por tres vértices protagonistas, los protagonistas de la ‘Santísima Trinidad’ de Segovia se elevan al mismo nivel y son visita inexcusable en cualquier recorrido por Segovia.

Así, el Alcázar, el Acueducto y la Catedral conforman un trío que vayas donde vayas, y vengas de donde vengas, no puedes dejar de visitar en la capital segoviana.

Acueducto

La conducción segoviana mide cerca de 15 Km. Como cuenta Turismo de Segovia, el Acueducto toma el agua cerca del actual pantano de Revenga. Desde allí, los ingenieros romanos, usando niveles de agua, fueron trazando el recorrido, muy probablemente hasta el actual Alcázar, es decir, hasta el lugar en el que se encontraba la primitiva guarnición militar, encargada de la vigilancia de una ciudad aún sin murallas, puesto que las actuales no se documentan hasta los siglos IX-X; o no han aparecido hasta ahora, al menos.

En el camino, se encuentran tres grandes tramos: desde el inicio hasta la actual obra elevada, el canal transcurría quizá a cielo abierto o enterrado; el segundo tramo es el formado por la obra aérea, mampostería o bien arcos, que llega a alcanzar una altura máxima de 28,10 m. Entre estos dos tramos un «desarenador», un pequeño depósito cubierto en el que el agua pierde velocidad, para que la suciedad o la tierra que transporta se depositen en el fondo. En el tercer tramo vuelve a enterrarse, ya bajo las calles del casco amurallado.

La leyenda del Acueducto

La leyenda del Acueducto comienza con «una muchacha que trabajaba como aguadora, harta de arrastrar el cántaro por las empinadas calles de la ciudad, aceptó un trueque con el diablo: dispondría este del alma de la mujer si, antes de que cantara el gallo, el agua llegaba hasta la puerta de su casa».

Consciente de su culpa, continúa, «la joven rezó hasta la extenuación para evitar la pérdida de su alma. Mientras, una tormenta se había desatado y el diablillo trabajaba a destajo. De pronto el gallo cantó y el Maligno lanzó un alarido espeluznante: por una sola piedra sin colocar había perdido el alma de la muchacha. Esta confesó su culpa ante los segovianos que, tras limpiar con agua bendita los arcos para evitar el rastro de azufre, aceptaron felices el nuevo perfil de la ciudad. Y dicen… que los agujeros que aún se ven en las piedras son las huellas de las pezuñas del demonio… Hoy la ciudad rinde tributo a esta hermosa leyenda con la escultura del diablillo de Segovia, el «verdadero» artífice del Acueducto. Esta escultura representa al diablo derrotado sosteniendo el último sillar del Acueducto que le quedó por colocar, haciéndose un selfi con su obra inacabada».

La dama de las catedrales

Cruzando el corazón de Segovia, desde el Acueducto, se llega a la Plaza Mayor donde se encuentra la Catedral. Conocida como la Dama de las Catedrales, fue construida entre los siglos XVI y XVIII. «La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, forma parte del gótico tardío. Es una de las catedrales góticas más tardías de España y Europa. Se erige en pleno siglo XVI, concretamente entre los años 1525 y 1768.

En esta época la arquitectura imperante en Europa era ya la renacentista. Es por ello que en la Catedral de Segovia podemos discernir un estilo predominantemente gótico, al ser del gótico tardío, pero ya enmarcado con algunos rasgos renacentistas.

Su belleza y elegancia, así como su fuerza visual y dimensiones, hacen posible su denominación como La Dama de las Catedrales, acuñada por el Presidente de la Primera República Española Emilio Castelar. Situada en la Plaza Mayor de Segovia, a medio camino podemos encontrar dos monumentos de gran valor histórico y arquitectónico para la ciudad: el Acueducto romano y el Alcázar».

Alcázar

Desde la Catedral, entre preciosas callejuelas empedradas, el camino culmina en el Alcázar de Segovia.

Su imagen es conocida en todo el mundo y ha servido de inspiración para leyendas, películas, cuentos de hadas… «Elevado sobre la roca en la confluencia de los valles del Eresma y el Clamores, parece guardar la ciudad», detalla la web de la fortaleza segoviana.

«Su bella Torre del Homenaje, a menudo comparada con la proa de un barco navegando entre los ríos», así descrita, no deja a nadie indiferente. Así, «los turistas comprueban admirados que la fortaleza forma una parte viva de esta ciudad castellana», y los segovianos la contemplan en sus paseos por el cinturón verde de la ciudad.

*Fotografías de Wikipedia.

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