Hace tres años surgió Vivaces, un proyecto en el que trabajan de manera coordinada diez empresas y cinco entidades para generar un impacto en el medio rural. Además, en un momento determinado, decidieron unirse para desarrollar proyectos comunes.
En estos tres años, según explica su coordinador, Pablo Maderuelo, han trabajado continuamente en tres líneas. La segunda de ellas tiene que ver con la colaboración de estas 15 entidades con emprendedores del territorio. Así, de esta idea surgió la convocatoria del Concurso de proyectos con impacto social y ambiental, que este año ha celebrado su segunda edición con la entrega de premios en Pedraza, el pasado 28 de noviembre.
Premio para Patatas Tarsa
Óscar Tardón, fundador de Patatas Tarsa, en Pinarnegrillo se convirtió en uno de los cinco ganadores de los premios de Vivaces. En concreto, en la categoría de ‘Sector primario’, al presentar su proyecto de emprendimiento basado en la recreación de la marca que, hace más de 35 años, comenzó su padre, Julián Tardón, agricultor de profesión. Julián Tardón encontró una serie de dificultades a la hora de comercializar el producto. Esto le llevó a empezar a distribuir a los restaurantes y establecimientos hosteleros de la provincia.
Hace una década, Óscar Tardón tomó el relevo a su padre. Según explica, para dar una vuelta al concepto de Patatas Tarsa “le dimos una nueva visión del siglo XXI”. También crearon una marca para distribuir un producto “100 por cien natural”, además de poner en marcha una tienda online y llegar a diferentes clientes que compran el producto a granel, además de continuar con la acción principal en Segovia.
Con este nuevo enfoque quisieron participar en Vivaces porque creyeron, según comenta Tardón, que podría darles el impulso y energía “para tener una mayor difusión y una mejor comunicación de lo que hacen y el por qué lo hacen”.
Entonces, decidieron participar en la categoría ‘Sector primario’. Esto les exigía, para poder participar, ser una empresa responsable, sostenible y que velara por el compromiso por el medio ambiente y la salud de un producto natural “por esa repercusión en un entorno rural que cada vez está más complicado”. Tal y como explica, lo que quiere Vivaces es buscar proyectos que mejoren la situación en este entorno.
Otras actividades en Patatas Tarsa
Pinarnegrillo es la localidad natal de la familia. Allí siempre ha estado ubicado su terreno de cultivo de patata y sus instalaciones para la elaboración del producto final. Además, desde esta localidad, otro de los compromisos que tiene el negocio es comunicar, enseñar y contar todo lo que hacen en el entorno rural.
Fruto de eso se unieron a la formación de nuevos agricultores, a través del programa ‘Cultiva’ del Ministerio de Agricultura en el que reciben a agricultores de otras zonas de España para mostrarles la gestión y organización de la empresa y su trabajo. Durante su estancia de una semana en la localidad, “comprueban la forma de trabajar en el cultivo de la patata, llegando a otras comunidades del territorio español”.
Asimismo, pertenecen al Grupo de Acción Local ‘Honorse Tierra de Pinares’, ubicado en Cuéllar. En él son formadores de alumnos de instituto para enseñarles, no a ser emprendedores, sino a conocer opciones para ganarse la vida, “con conocimiento de las oportunidades del medio rural”, declara Tardón. Así, enseñan como se gestiona una pequeña empresa, además de recibir visitas para ver cómo trabajan en su almacén, en donde han llegado hasta 120 personas en el mes de noviembre.
Premio Vivaces 2024
Con esta idea de negocio “fresca y renovada” Tardón, junto a su compañera y esposa, Gema Panizo, recogieron el premio de Vivaces. En el evento se reconoció su labor y recibieron una dotación económica de 2.000 euros. Según explica el fundador de Patatas Tarsa, “lo vamos a reinvertir en unas empresas colaboradoras de Vivaces para acceder a una serie de asesorías basadas en la difusión, comunicación y posicionamiento para conseguir una mayor visibilidad”, para así, mejorar la labor de su tienda online “y llegar con nuestro producto a más personas”.
Además, según detalla el coordinador de Vivaces, Pablo Maderuelo, los ganadores en las cinco categorías presentadas tendrán la posibilidad de invertir otros 8.000 euros, “que luego se tiene que devolver en condiciones bonificadas”; una bolsa de diez horas de comunicación “para apoyarles en la difusión de los proyectos”; y, por último, mentoring durante seis meses prorrogables a un año en temas empresariales y logísticos “que les permita tener apoyo en el desarrollo de sus proyectos”.
Con este galardón, que Tardón dedica a sus padres, tienen el objetivo de demostrar que con la agricultura “se puede vivir bien”. Pero, para ello, “las cosas las tenemos que hacer de una forma diferente” con el apoyo de las nuevas formas de trabajo “que permiten desarrollar cualquier tipo de actividad en el medio rural”.
Otros proyectos de Vivaces
Desde hace tres años, Vivaces también tiene en marcha el podcast ‘La España medio llena’, como forma de sensibilización. En cada capítulo se cuenta el proyecto de un emprendedor. “No solo apoyamos económicamente, sino que también buscamos proyectos para dedicarles un capítulo del podcast”. Esto se acompaña con el trabajo de la página web “una plantilla dinámica donde conocer proyectos y captar información sobre el medio rural”.
Además, la Alianza de empresas por el impulso del medio rural se centra, desde hace dos años, en la generación de innovación y conocimiento con la participación de 18 académicos de distintas universidades españolas que trabajan conjuntamente para exponer evidencias científicas sobre el por qué la gente se marcha a los pueblos a vivir “como ejes de vivacidad del territorio”. Con ello, se está llevando a cabo una tesis y se están poniendo a disposición diferentes artículos académicos. En este sentido, estos proyectos persiguen “cambiar y mejorar las cosas”, además de generar conocimiento académico.
“Han ido creciendo en el número de entidades colaboradoras y desarrollando proyectos que ponen de manifiesto la voluntad de que las cosas que hacemos tienen una utilidad” más allá del debate y el análisis, concluye Maderuelo.