La Guardia Civil de Segovia dio hoy por desarticulada “la red de distribución de cocaína más importante” de la ciudad tras detener el pasado miércoles a seis personas, cuatro españoles y dos colombianas de entre 41 y 62 años, e incautarse de casi tres kilos, unas 5.700 dosis, que habrían alcanzado un valor de más de 180.000 euros en el mercado ilícito. Es el balance provisional de una investigación que se inició a principios del pasado año y que todavía sigue abierta, a la espera de una séptima detención en los próximos días.

“Funcionaban como una organización muy simple, relativamente pequeña pero muy activa, capitaneada por un vecino de La Lastrilla con un amplio historial en estas lides”, explicó el teniente coronel Fernando Gil Llorente, jefe de la Comandancia de Segovia, en declaraciones recogidas por Ical durante la rueda de prensa que ofreció con la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz, para explicar la operación. “Tenía unos ‘satélites’ a los que suministraba entre 50 y 100 gramos cada vez que hacía un pase, e iba directamente a aprovisionarse a Madrid”.

La denominada operación `Cabina´ se desencadenó el pasado miércoles tras la intercepción del cabecilla y otro miembro de la organización en el puerto del Alto de los Leones, entre Segovia y Madrid, por la N-VI. Según relató Gil Llorente, los agentes dispusieron en apenas medio minuto un control aparentemente ordinario, pero reforzado, en el que embolsaron varios vehículos y entre ellos el de los sospechosos, que llevaban oculto en el motor más de un kilo de cocaína que acababan de recoger de un piso franco ubicado en la zona de Valdebebas, Madrid, y que pudo ser detectada con la ayuda del perro antidroga.

En el vehículo interceptado viajaban L.N.R.G., de 59 años, afincado en La Lastrilla y presunto cabecilla; y F.P.P., de 55 y vecino de Segovia. Y a estas dos primeras detenciones le siguieron otras cuatro el mismo miércoles, en cuestión de horas: J.A.B.C. y E.P.C., ambos de Segovia, de 52 y 50 años; y L.J.A.B. y L.D.H.B., colombianas de 41 y 62 años. Éstas últimas son hermanastras, compartían piso en la zona citada de Madrid y tenían “enlace directo” con la droga de su país, según Gil Llorente.

El juez encargado del caso, el titular de Instrucción 1 de Segovia, ya ha enviado a prisión a los dos primeros detenidos y el resto se esperaba que prestaran declaración a lo largo de este viernes. “Los cuatro segovianos son muy conocidos”, añadió el jefe de la Comandancia. Todos cuentan con un amplio historial delincuencial, policial y judicial, e incluso causas todavía abiertas por otras operaciones recientes contra el tráfico de drogas.

Las autoridades calculan que tenían capacidad para repartir alrededor de un kilo de cocaína a la semana en Segovia capital y localidades próximas, donde dan por desmantelados puntos de venta de cocaína en la zona del campus universitario, jardinillos de San Roque, estación de autobuses, José Zorrilla y la plaza Mayor.

Los registros domiciliarios, seis en total, se practicaron durante la jornada del jueves, al día siguiente de las detenciones, en el piso de Valdebebas; dos de Segovia capital, en la calle José Zorrilla y la zona de Puente de Hierro; y tres de la provincia, en Caballar, Abades y La Lastrilla, donde se descubrió un laboratorio completo para adulterar la cocaína.

Los agentes se incautaron así en total de 2,854 kilos de cocaína, 22 gramos de marihuana, 31.160 euros en metálico, sustancias precursoras y de corte (cuatro litros de acetona, 172 gramos de tetracaína y 2.265 de otras), joyas y otros efectos como una balanza de precisión. La cocaína llegaba de Madrid a Segovia con una pureza del 95 por ciento pero se vendía con un 20, ya que las dosis dispuestas para su venta en la ciudad se cortaban hasta quintuplicar su peso.

La investigación se había iniciado a principios del año pasado por un seguimiento precisamente al cabecilla, del que se sospechaba que distribuía “grandes cantidades de cocaína”. Utilizaba habitualmente una cabina de teléfono de La Lastrilla, a pesar de que tenía distintos móviles, y eso “llamó la atención” a los agentes, de ahí el nombre de la operación. Así lo indicó Gil Llorente, quien, igual que la subdelegada del Gobierno, aprovechó para felicitar a los agentes que intervinieron a lo largo de la investigación y el despliegue final porque “estas operaciones no son fáciles y no siempre salen bien”.