La Gimnástica Segoviana sucumbió con todos los honores ante el Real Mallorca (0-2) en la primera eliminatoria de la Copa del Rey. El equipo de Manu González resistió 95 minutos a todo un conjunto de Primera División que se vio superado por momentos por la Gimnástica, espoleada por cerca de 2.000 espectadores que abarrotaron las gradas de La Albuera.

La Gimnástica mereció más en la primera mitad, desperdició un penalti marrado por Szumanowiski y dejó en evidencia  a un Mallorca que no supo adaptarse al césped de La Albuera, que estaba en mucho mejor condición de lo acostumbrado a estas alturas de ejercicio.

Luis García, preparador de los insulares, dio entrada de inicio a una buena cantidad de jugadores no habituales y tuvo que, progresivamente, ir dando paso a los titulares al ver que sus futbolistas no solo eran incapaces de generar peligro en el área de Lombo sino que sufrían las acometidas de los gimnásticos.  La Segoviana, por su parte, lastrada por las lesiones no tuvo margen para rotar a sus jugadores y puso en liza un equipo que podría ser perfectamente titular en cualquier jornada.

La afición, entregada

El público que llenó La Albuera vibró con su equipo y lo llevó en volandas. Durante más de noventa minutos creyó firmemente que su equipo podía eliminar a un primera división y presenció cómo el equipo forzaba la prórroga embotellando al Mallorca que sufrió el acoso local con hasta tres ocasiones consecutivas.

En la prórroga, reinó Ángel

El partido terminó resolviéndose con la asociación entre De Galarreta y Ángel, que tuvieron que salir desde el banco para resolver. Una combinación entre ambos terminó con el balón en las mallas de Lombo en una jugada que protestaron los aficionados segovianos al considerar que el punta estaba adelantado a la hora de recibir el pase. A partir de ahí la Segoviana se descompuso lo justo como para que el Mallorca rebajara la intensidad del juego, salvo por la tángana que llevó al propio De Gallareta y a Nogueira a los vestuarios antes de tiempo.

Otro gol de Ángel al filo del descanso mató el partido, le entregó el pase al Mallorca a la segunda ronda al Mallorca que respiró aliviado, dejando un poso de decepción en la Gimnástica, cuyos jugadores se tomaron la derrota como una posibilidad perdida.

Orgullo segoviano

Los aficionados de la Gimnástica se marcharon a sus casas disgustados por la derrota, pero orgullosos de su equipo y es que no siempre hace falta ganar el partido para sentirse satisfecho de tu equipo. El domingo vuelve la cruda realidad para la Sego, con un partido ante el Marino de Luanco trascendental para salir de la zona de descenso. Esa ya será otra historia.