Segovia esperaba este momento desde el 20 de enero. La conmoción ante el robo de las joyas de la Virgen de La Fuencisla se convirtió en alegría y hoy, con la nueva coronación, quedó reflejada la emoción y devoción de la ciudad a su patrona. El reloj marcaba las cinco de la tarde cuando, tras una pequeña procesión de los sacerdotes de la diócesis, comenzaba la coronación de La Fuencisla en una Eucaristía, celebrada en la Catedral, que estuvo presidida por el nuncio del papa en España, Renzo Fratini, y concelebrada por el obispo de Segovia, Ángel Rubio.
Tras una homilía en la que se ensalzó la imagen de la patrona como un símbolo “que despierta los sentidos interiores”, el nuncio aseguró que esta celebración “supone un acto de desagravio y recuperación” de la imagen tras sufrir “un acto poco comprensible”. Con continuas referencias a Segovia y a San Juan de la Cruz, que en esta ciudad está enterrado, el nuncio de su santidad en España, explicó la importancia de las imágenes dentro de catecismo.
El momento más esperado llegó a las 17.40 horas cuando Fratini y Rubio procedieron a colocar las coronas. Primero al Niño, después a la patrona. En ese momento, cuando los segovianos comenzaron a entonar el Himno de la Fuencisla, la Virgen volvió a lucir las joyas sustraídas, tras unos trabajos de recuperación efectuados por los joyeros segovianos en colaboración de la Junta de Castilla y León.
Los trabajos se restauración se reanudarán mañana en Simancas, según recordó la consejera de Agricultura y Ganadería, la segoviana Silvia Clemente, tras reconocer “la emoción vivida” durante una coronación que reunió cerca de 2.000 segovianos en la Catedral. “Todos pasamos un mal momento cuando ocurrió el robo”, aseguró la consejera tras felicitar a la Policía por “la rápida acción efectuada que ha permitido recuperar las coronas”. Clemente, que confesó sentirse “feliz” como segoviana y consejera, destacó la importancia de abordar “una recuperación completa” de la talla.
Así, en el Centro de Conservación y Restauración de Castilla y León se efectuará, a partir de mañana lunes, un estudio más detallado y exhaustivo mediante análisis químicos y técnicas físicas de diagnóstico y, además, se realizará una intervención para devolver a la imagen su aspecto original. Eso sí, explicó junto al director de Patrimonio, que sólo se actuará sobre la imagen, quedando las coronas, ya recuperadas, en la capital.
Por su parte, el alcalde de la ciudad, el socialista Pedro Arahuetes, afirmó que “es un día importante” y aunque reconoció “estar decepcionado por no haber hecho la coronación en la calle”, como él mismo pidió al obispo, matizó, “esto es un hecho anecdótico porque el acto ha tenido todo su esplendor en la Catedral”.
En primera fila para asistir a la coronación, autoridades locales, regionales y nacionales. Allí, además del alcalde y la consejera, estuvieron miembros de la corporación municipal, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, así como diputados, parlamentarios nacionales y regionales o el presidente de la Diputación.
Medalla de la confradía
Precisamente, el director general de la Policía recibió al final de la Eucarisría la medalla de la cofradía de la Virgen de la Fuencisla por la inmediata recuperación de sus joyas robadas. En declaraciones a los medios Cosidó mostró su «satisfacción porque la Policía mostró su eficacia» al recuperar en tal sólo cuatro días las coronas «cuyo valor sentimental trasciende el valor económico». «Es un honor, sentimos gratitud aunque el Cuerpo Nacional de Policía sólo cumplía con su deber». Fuentes de la policía recordaron, a través de un comunicado de prensa, que esta distinción tan sólo la posee el papa Benedicto XVI.
Casi un siglo después
Casi un siglo después de su coronación canóniga, en septiembre de 1916, Segovia rindió hoy de nuevo ante su patrona. Lo hizo después de vivir un suceso que el 20 de enero conmocionó a toda la ciudad. El Santuario de la patrona era ultrajado, poco después de su apertura automática minutos antes de las ocho de la mañana, y las coronas de la Virgen y el Niño eran sustraídas por los ladrones. Nadie lo vio porque nadie había entonces en el templo y, desde aquella fechoría que hizo saltar todas las alarmas la seguridad ha sido reforzada para evitar nuevos incidentes.
Los delincuentes escalaron la reja del presbiterio superando sus seis metros de altura. Ya en el interior, accedieron al camerín a través del retablo y sustrajeron las coronas, que estaban atornilladas. Junto a ellas y la aureola, los ladrones arrancaron la mano del Niño, para sustraer la bola del mundo dorada. Una vez cometido el robo, los ladrones debieron hacer el recorrido inverso, volviendo a escalar la reja y escapando con rapidez con las piezas, todas salvo la aureola de plata que aparecía esa misma mañana a escasos metros del Santuario.
Cuatro días más tarde los perros de la Policía Nacional encontraban las piezas en una mochilla, oculta entre los matorrales y a escasos 300 metros del Santuario. Dona y Mulder, como se llaman los canes, concluían así unas investigaciones que en los primeros días ya daba sus frutos. Un día más tarde, un joven cuyas iniciales responden a B.M.D se entregó como presunto autor de los hechos y horas más tarde, el día 26, era detenido otro supuesto implicado, J.A.A. Desde entonces, ambos han negado su participación de un suceso cuyos detalles aún no han sido clarificados y siguen siendo objeto de investigación.