La gran familia del teatro continúa su apuesta en Segovia por calar en lo más hondo de niños, niñas y jóvenes estudiantes promoviendo la creación artística de una disciplina cada vez más olvidada en las aulas. Para ello, la iniciativa ‘Escuela a Escena’ dirigida por la artista Sonia Zubiaga trabaja desde el mes de octubre organizando, revisando y dando salida a las inquietudes teatrales de más de una veintena de educadores de ocho centros de la capital que buscaban compartir esta pasión con sus alumnos desde un ámbito más profesional.

No menos interés han tenido los más 150 alumnos de ocho centros segovianos que participan en la iniciativa y tampoco han querido desaprovechar la oportunidad de contar con una profesional en el ámbito, otra veintena de profesores que se unieron en conjunto teatral, un grupo de animación a la lectura y otra agrupación de mujeres de etnia gitana de la Fundación Secretariado Gitano. Y es que no se trata solo de ensayar un texto para presentarlo al público, sino que la iniciativa Escuela a Escena plantea desde sus inicios un proceso creativo sobre las tablas.

Zubiaga, artista segoviana reconocida por su trabajo al frente de la titiritera ‘La Pícara Locuela’ y coordinadora durante seis años de la actividad ‘Titiricole’ en el Festival Internacional de Títeres ‘Titirimundi’, aboga en todo momento por fomentar las ideas de los estudiantes y sus profesores para dejar que “se enamoren” del teatro. El trabajo con sus inquietudes y la puesta en escena de su esfuerzo detrás del público y los focos son alicientes de peso para lograr “que todo el mundo tenga su espacio en el teatro” e involucrar a la sociedad segoviana más allá de los familiares de los artistas.

Sin desmerecer el trabajo llevado a cabo en las actividades previas a los tradicionales certámenes de teatro “descafeinado” o villancicos escolares, Sonia Zubiaga explica a la agencia Ical que el éxito de la iniciativa radica en el trabajo con las emociones “para que hagan suyo el trabajo”. Por este motivo, la coordinadora arranca su trabajo en el mes de octubre con la reunión del profesorado implicado en la puesta en marcha de Escuela a Escena. Ya sean docentes de asignaturas como el inglés o las matemáticas, les une su deseo por fomentar este arte. “Mi trabajo consiste en ofrecerles pautas para llevar a cabo su proyecto, no me meto en sus temas ni en su forma de ver las cosas, solo les aconsejo”, explica.

Para la artista es necesario ofrecer pinceladas para conseguir una dramaturgia lo más trabajada posible puesto que el profesorado “no puede estar a todo”. Ofrecerles recursos y apoyar su trabajo se hace más gratificante con la participación de un alumnado que en muchas ocasiones solo necesita ser estimulado. Para Zubiaga, el desconocimiento es un muchos casos el mayor enemigo para los amantes del teatro que incluso no se atreven o no conocen cómo involucrarse. “Es necesario hacer que la tarea sea un sendero bonito en vez de un trabajo pesado. A veces se entiende así”.

 

Herramienta potente

En una época en la que las preocupaciones dentro de las aulas no son pocas, las trabas y reticencias para el teatro se acusan más si es posible. “El teatro se está olvidando dentro de la educación”, advierte la artista quien se muestra segura de que es “una herramienta muy potente” para aplicar muchos ámbitos de la enseñanza al arte escénico y viceversa. Desde la expresión verbal a la psicología, pasando por el trabajo de las emociones y el uso de nuevas tecnologías, todo converge en una simbiosis que tiene como eje central al alumno y la creación de ideas.

“El arte es libre y la libertad te facilita expresar lo que cada uno decida”, señala la directora artística de Escuela a Escena para insistir en lo prolijo de la familia teatral que ofrece la participación en ámbitos tan dispares como el texto, escenografía, representación, documentación o maquillaje, perfectos para desarrollar la imaginación. En este sentido ensalza el papel de los educadores como “facilitadores para que los chavales lleven sus ideas por este camino” y les anima a participar en proyectos culturales que formen a ciudadanos con inquietudes.

Más interesada por la educación y la creatividad que en intentar transmitir valores encorsetados, la coordinadora del proyecto reconoce que son los padres los que en muchas ocasiones son más reticentes a la hora de permitir a sus hijos la participación en actividades de este tipo. “A veces tienen miedo de que les vaya a perjudicar o a quitar tiempo”, asegura la artista para reivindicar el teatro como una creación que hace libre a las personas. “La creatividad es un valor fundamental para poder vivir y adaptarte a los cambios y en la época que estamos eso es muy importante”, asevera.

 

Dando ejemplo

Pero sin duda el mayor ejemplo para los jóvenes son las personas que les rodean. Por este motivo, el trabajo de Escuela a Escena se centra en el apoyo a los profesores que, además de ser directores, también han pasado a ser actores en esta edición. Más de una veintena de docentes del Colegio Padre Claret de la capital segoviana formaron su propio grupo de teatro para mostrar a los alumnos que ellos tampoco dejan de aprender.

Junto a ellos, se han animado a participar un grupo de mujeres de etnia gitana miembros de la Fundación Secretariado Gitano quienes han querido formar parte del proyecto y mostrar su trabajo a través de los títeres con su obra “Las Rumberas y el Centollito”. Tiene cabida además en el amplio abanico de actores de Infantil, Primaria y Secundaria, los participantes en el Taller municipal de lectura.

Y si de participación ciudadana se debe hablar, Zubiaga destaca la colaboración del Ayuntamiento de Segovia, a través de la concejalía de Cultura y los Laboratorios de Creatividad Ciudadana (LABCC), quienes cederán un año más la Sala Ex.Presa 1 de la Cárcel_Segovia Centro de Creación para desarrollar la muestra que subirá al escenario el trabajo desarrollado durante todo un curso.

Además, también colaboraron en la organización de la novedad de esta edición, dos mesas de debate que invitarán a diferentes personalidades del mundo teatral para abordar diferentes ámbitos del mundo teatral. Será del 28 al 30 de mayo en horario de tarde, cuando los participantes muestren el resultado de obras que abarcarán desde una versión de El Principito a los títeres de las féminas gitanas, pero que abarcarán muchos temas más y formas de ver y vivir la dramaturgia. Tres jornadas para mostrar un trabajo en el que “lo más importante no es el resultado sino el proceso”.

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