Entre las 18:00 y las 19:30h la Biblioteca pública de Segovia se llenó el martes de experiencias profesionales en pasado y presente de seis mujeres de diferentes sectores, para transmitir sus vivencias frente a la Covid-19.
Desde la hostelería Rocío Ruiz, directora del grupo José María eventos, nos transmitía la necesidad de “hacer equipo” porque no podían bajar los brazos y dejar que más de 100 personas en plantilla se sintieran abandonadas ante un baile incesante de noticias, la mayor parte de ellas desafortunadas para su profesión. Frente a sus compañeras de recursos humanos y comunicación establecieron nuevas estrategias de negocio para poder sacar adelante sus productos perecederos y esos cochinillos que seguían naciendo sin un plato en el que ser trinchados. “El Cochinillo viajero” “El Gastrobar de José María” “El día de la Madre” y “El día del abuelo”, fueron iniciativas que hicieron sobrevivir a un equipo lleno de incertidumbre.
Estefanía Vega Martín como empresaria y diseñadora de joyas, sabe que las medidas no han llegado, que las ayudas a empresarios y autónomos no son reales. El tiempo en casa la sirvió para diseñar su segunda colección de joyas, a la vez que pensaba en ¿cómo lo voy hacer con las trabajadoras? “Nosotras somos las primeras interesadas en que nadie se contagie, porque nuestro sustento son los clientes y ellos siempre se han acomodado bien a todas las medidas”. Pero ya que nos cierran, también es necesario que nos ayuden, que los alquileres hay que seguir pagándolos. Los impuestos y el pago a la seguridad social por unos trabajadores que no trabajan han sido un gasto sin reembolso a día de hoy.
María Pérez profesora de infantil del Colegio Maristas de Segovia, nos transmitía la ambigüedad que los niños han sentido en las órdenes que les daban, preguntas a las que muchas veces no encontraba respuestas. Sin embargo, tiene la alegría de cerrar un curso sin ninguna clase confinada y sin contagios en las aulas. “El frío que hemos pasado y las clases en el pabellón apañándolas como podíamos han sido medidas que hemos tenido que acatar sin preguntarnos si necesitábamos más apoyo para poder realizar nuestras actividades” La digitalización no es una realidad para todas las familias y esa brecha (respetable para el que así lo decide) suma trabajo al tener que preparar diferentes programaciones para adaptarse a cada caso familiar. Pese a este curso, las fuerzas no la fallan y está deseando volver a las aulas para seguir tirándose al suelo y llenarse de pintura.
La coordinadora de Cruz Roja en Segovia, Isabel Gómez, nos relató como la pandemia multiplicó por mucho su trabajo, “había que llegar a esas personas y familias de otra forma” ellas seguían teniendo las mismas necesidades ante una situación de aislamiento que nos complicó mucho la logística de atención. Gracias a los más 150 voluntarios que acudieron a Cruz Roja Segovia, llevar la compra o bajar la basura fue una realidad que facilitó un trabajo imprescindible. La digitalización y el teletrabajo ayudó a poder seguir con los programas de apoyo formativo a los niños de familias desestructuradas.
Raquel Bartolomé en sustitución de Amelia Pérez (Los Jabones de mi mujer) que finalmente no pudo asistir, alzó la voz para reclamar la necesidad de la desintoxicación digital y de la vuelta al cara a cara, al tu y yo en un espacio natural. Con su estudio en Prádena, la artista rural está inmersa en un proyecto en el que todo aquel que quiera podrá desarrollar su trabajo rodeado de naturaleza. Le gustaría que el teletrabajo no fuera algo que ha llegado para quedarse, y recuerda a todos los asistentes la necesidad-obligación de cuidar nuestro medio, porque la pandemia no es más que el principio del maltrato a la vida natural.
Y, por último, Carmele Anabitarte matrona del hospital general de Segovia y de Berana Ginecológica, apelaba a la falta del sentido común en muchas de las medidas tomadas. “Era más normal para la policía que fuera a trabajar en un taxi con un desconocido que con mi marido en el mismo coche con el que trabajo y convivo” El proceso de la preparación al parto y del mismo momento de dar a luz es de pareja, y al igual que se hacía pruebas PCR o de antígenos a las mamás al llegar al hospital se tenían que haber hecho a sus parejas, para no obligarnos a que la mujer se encontrara sola durante el alumbramiento. Ella, apela al optimismo y a volver a los abrazos y al contacto personal, dice que lo necesita y que es la idea con la que se levanta cada mañana para poder seguir trabajando.
En definitiva, experiencias vividas muy reales con las que probablemente más de un asistente se ha visto identificado.
La Comisión para la promoción del talento femenino de la Cámara de Comercio de Segovia, sigue trabajando en otras temáticas que apoyen a las empresarias y emprendedoras de Segovia, dando visibilidad a su trabajo y formándolas para hacer crecer su negocio.