La chef española de origen marroquí Najat Kaanache aseguró hoy que las “mujeres son las guardianas de la agricultura” y su misión, con la Fundación ‘Seis Ingredientes’ es poner en valor cómo son los procesos de cultivo y de recolección de las materias primas. Una mujer vital y extrovertida que cautivó a las decenas de personas que participaron en su Master-Class dedicada al mundo de las especias, dentro de la programación del encuentro ‘Mujeres que transforman el mundo’.

Najat Kaanache afirmó que los ‘Seis ingredientes’ son “los cinco sentidos del ser humano y la alta conciencia” porque en muchas ocasiones “nos movemos por el mundo sin pensar” y es necesario “parar, reflexionar y recapacitar para ver cómo puedo cambiar las cosas”. La chef recorrió Latinoamérica empezado su experiencia en México, en las ciudades de Tabasco y Chiapas, con las mujeres que cultivan cacao y maíz.

Para Kaanache es importante que se valore y se conozcan las complicaciones que hay detrás del cultivo, el desarrollo y los procesos recolección de los productos para entender su valor, como por ejemplo el precio que se tiene que pagar por la quinoa. Además su Fundación ayuda a estas comunidades con la apertura de pozos de agua. Para la chef internacional no es sólo el dinero es “poder llevar un ingeniero y la maquinaría para poder ayudar”.

Najat Kaanache ofreció una Master-Class a la que acudieron hombres y mujeres de todas las edades y jóvenes estudiantes del Centro de Formación Profesional Felipe V, que giró en torno al mundo de las especias. Para Kaanache son necesarias porque estimulan el cerebro, han ayudado desde tiempo inmemoriales a la conservación de los alimentos, como base de jarabes y medicinas naturales, y sobre todo, porque “son muy buenas para el ser humano”.

La chef, que trabajó dos décadas en ‘El Bulli’ con Ferrán Adriá, afirmó sentirse feliz por poder “respirar” y hacer la cocina que le gustas “desde el corazón” para poder “llegar al alma alimentando a las personas”. En sus negocios, Najat Kaanache contrata a mujeres que “no saben leer ni escribir” pero que “te elaboran cosas mágicas y maravillosas”. Con ellas, explicó, comparte sus sueños de tener su propio negocio y esos “momentos de esperanza” son los que más le satisfacen “al final del día cuando me meto en la cama.