Entrevistamos a Isabel Zamarrón Méndez, una segoviana especialmente involucrada en la lucha contra la desnutrición, la defensa de los derechos humanos y la necesidad de su cumplimiento en Europa y sus fronteras.
Tras estudiar en el colegio Claret y en el Mariano Quintanilla se trasladó a Madrid a estudiar medicina en la Universidad Autónoma. Allí conoció diferentes proyectos que la permitieron tener sus primeras experiencias en cooperación internacional. Ha colaborado en proyectos en diferentes países: Ecuador, Perú, Senegal, Marruecos, Etiopía, Grecia…
En 2016 colaboró como médico con la ONG Rowing Together trabajando en los campos de retención en Tesalónica (Grecia), y al conocer el trabajo que estaba haciendo Pro Activa en Lesbos se decidió a colaborar con ellos. En pocos meses se vio embarcada en el buque de rescate.
Actualmente trabaja en el Servicio de Urgencias del Hospital Doce de Octubre y lo compagina con su colaboración en proyectos en África y en Europa.
Hablamos con ella:
¿Cómo te decidiste a empezar a ayudar a migrantes?
No consiste en decidirse a ayudar a inmigrantes cómo tal. Muchos de nosotros tenemos la oportunidad de hacer un mundo mejor ya sea defendiendo los derechos humanos en un barco o ayudando a tu vecino (que quizá sea más útil).
Tener la oportunidad implica asumir la obligación, y esa obligación la he sentido desde hace años ya sea en mi trabajo en el hospital o en los proyectos en los que he colaboro en el mar, en África o en España.
¿Cuál fue la primera impresión que te llevaste cuando empezaste?
Cuando comencé a colaborar con Pro Activa Open Arms la verdad es que lo primero que sentí fue vergüenza como europea. Te ves rescatando personas en medio de la nada a las puertas de Europa , personas como tú y como yo (porque todas las personas son como tú y como yo). Pero también me impresionó la profesionalidad para llevar a cabo el trabajo. Es un proyecto increíblemente humano en el que estás rodeada por un grupo de profesionales increíbles y eso para una Segoviana que se embarca por primera vez resulta de gran ayuda.
Y ¿por qué te decantaste por el Open Arms?
En 2016 colaboré como médico con la ONG Rowing Together trabajando en los campos de retención (campos de refugiados) en Tesalónica (Grecia) por otros voluntarios conocí el trabajo que estaba haciendo Pro Activa en Lesbos. Aunque el mar era algo nuevo para mi (soy Segoviana de pura cepa) pensé que era un proyecto totalmente necesario y dado que llevan un médico a bordo consideré que mi función podría resultar útil. Mandé mi currículum, me hicieron las entrevistas y en unos meses ahí me vi, embarcada en el Open Arms en el mediterráneo central.
¿Crees que es ético que el barco haya estado 19 días varado en el mar porque ningún país aceptara su desembarque?
La situación de la personas migrantes no tiene nada de ético desde el día que salen de su casa. Hay un sufrimiento humano tan inimaginable detrás de esta realidad que hablar de ética resulta un idea totalmente fantasiosa.
¿Cómo se pueden llevar emocionalmente estas situaciones?
Lo importante no es como los voluntarios afrontamos esas situaciones. Lo importante es hablar del sufrimiento que viven las personas que cruzan el mediterráneo desde que salen de sus casas huyendo de la violencia, el hambre, el clima… de todo lo que pasa en el camino y de los motivos que les empujan a huir de sus hogares.
Tenemos que empatizar con ellos, con esas personas que no son tan diferentes a nosotros. Sufren como lo haríamos nosotros y quieren tener una vida tranquila cerca de su familia como cada uno de nosotros. A veces nos creemos muy diferentes y especiales pero no lo somos. Lógicamente si hay que hablar de sufrimiento o de fuerza hay que hablar de ellos y no de las personas que afrontamos estas situaciones de manera totalmente voluntaria y con un convencimiento y conocimiento pleno de la situación.
¿Hay algo que tú vieras allí que los medios no cuenten?
En cada misión hay medios de comunicación a bordo. Por mi experiencia son totalmente libres de expresar y publicar. Hay información de sobra sobre lo que está pasando en el mediterráneo, creo que cualquier persona con interés y que contraste algo de información si se esfuerza puede sacar una conclusión sobre lo que está pasando.
¿El buque estaba preparado para que hubiera 150 personas en él?
Rescatar en el mar es una obligación internacional pero también es una obligación moral. No soy especialista en salud pública y menos en barcos, pero cuando hay miles de personas que se ven empujadas al mar en condiciones totalmente infrahumanas y casi sin posibilidades de sobrevivir hablar de las condiciones de los barcos me parece cínico.
¿Cómo fue la situación que se vivió desde dentro?
No he colaborado en la misión 65 que ha sido la más mediática.
Pero la situación cuando he estado en el barco es una mezcla de emociones y realidades increíbles: la felicidad de sobrevivir, la realidad de los que mueren, las esperanzas, el cansancio… Una montaña rusa difícil de explicar que te hace darte cuenta de la pocas cosas realmente importantes.
¿Cuántas personas había como tú dispuestas a ayudar? ¿Fueron suficientes?
Hay muchas personas dispuesta a ayudar y nunca son suficientes. Creo que los europeos tenemos gran parte de la responsabilidad. Podemos sentarnos en el sofá mirando la tele y pensar que la culpa no es nuestra que es de “los que mandan” pero esto, aunque es bastante cómodo física y mentalmente, no es del todo cierto. Como sociedad civil cada uno de nosotros tenemos parte de la responsabilidad (y por tanto de la culpa) por lo que tenemos que colaborar en la solución.
Carmen Calvo afirmó que fue el buque el que no quiso venir a puerto español, ¿es eso cierto?
Siendo sincera no tengo la información suficiente para hacer una valoración sobre este tema dado que no estaba a bordo en esa misión.
Lo único que puedo decir es que como voluntaria y como médico del Open Arms cuando he estado con ellos solo he trabajado para mantener la integridad de las personas a bordo, al igual que mis compañeros.
¿Qué soluciones políticas encuentras a este tipo de conflictos?
Como he comentado hay varios caminos para intentar mejorar la situación. Lógicamente no soy la persona más formada para aportar una solución política clave porque la situación en el mediterráneo es la punta de iceberg de una situación política, social y económica mundial muy compleja. En Europa hay acuerdos internacionales suficientes para solventar este problema sin caer en populismos y sin utilizar a estas personas como bisagra política.
¿Qué es lo más duro de tu voluntariado?
Y, ¿lo más gratificante?
Vuelvo a incidir en que lo importante no es como lo vivimos nosotros si no los que están ante una situación trágica de difícil solución.
A grandes rasgos para mí lo más duro de la cooperación es la sensación de cinismo que se siente cuando vuelves a tu “vida normal” y lo más gratificante es que muchas veces pienso que es probable que haya mucha más gente buena que mala.
El buque Open Arms ha zarpado hacia una nueva misión, ¿volverás a colaborar con ellos?
Con un pensamiento idealista me gustaría que Europa asumiera su responsabilidad en todo esto y no tener que volver.
Si la situación sigue así me gustaría volver a zarpar lo antes posible.
¿De qué manera puede ayudar el resto de personas a que se mejore esta situación?
Casi todos podemos ayudar en casi todo. Tanto en este conflicto como en muchos otros, económicamente o profesionalmente cada uno tiene que pensar que es lo que le llena. En Segovia hay gente que está haciendo proyectos increíbles que ayudan a hacer una sociedad mejor.
En la web de Pro Activa en concreto se exponen varias formas de ayudar pero lo importante es que dejemos de ver esto como algo lejano que no va con nosotros.