Una patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Segovia sorprendió en un paraje de la localidad de La Lastrilla (Segovia) a dos individuos que cabazan jilgueros utilizando varetas o varillas impregnadas con pegamento, instaladas como trampas en diferentes arbustos. Los jilgueros acudían atraídos por el reclamo sonoro emitido desde dos teléfono móviles, que reproducían su canto, además de tener colocados dos pájaros muertos ensartados en unos palos en la parte alta de los arbustos a modo de señuelos visuales.
Según la información de la Subdelegación del Gobierno, las aves cazadas eran guardadas en dos jaulas, con tres ejemplares capturados siendo devueltos a su hábitat natural. También se intervinieron cuatro jilgueros muertos empalados usados como reclamos visuales, varias varetas, jaulas y botes de pegamento. Como consecuencia de esta actuación se procedió a la investigación de las dos personas como supuestas autoras de un delito relativo a la protección de la flora.
Durante el pasado año, los efectivos de la Guardia Civil de la Comandancia de Segovia realizaron otras cinco intervenciones relacionadas con la captura de aves fringílidas, con la formulación de siete denuncias por la comisión de diversas infracciones administrativas en esta materia, aprehendiendo los efectos empleados.
La Subdelegación recordó que la caza de aves está prohibida en la actualidad, según lo dispuesto en la directiva aves y, al tratarse de aves protegidas, su captura está recogida en el Código Penal como delito relativo a la protección de la flora y la fauna, estableciendo para sus autores penas de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en todo caso, inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cuatro años.