Indignación en el Casco Antiguo de Segovia

Como ciudadano del casco antiguo de Segovia, me siento en la obligación de expresar mi creciente indignación ante una situación que afecta a muchos de nosotros: la incomunicación con la estación del AVE Segovia-Guiomar. Desde su inauguración, la ubicación de esta estación, alejada del centro histórico, ha suscitado dudas sobre su accesibilidad. Sin embargo, lo que más me preocupa es la falta de soluciones efectivas que, lejos de mejorar, han profundizado nuestra sensación de abandono por parte de las instituciones locales.

Los autobuses 11 y 12, que son los únicos que conectan con la estación, no tienen paradas dentro del recinto amurallado. Esto limita drásticamente la movilidad de los segovianos, especialmente de aquellos que, como yo, somos mayores y dependemos del transporte público. La alternativa de tomar un taxi se convierte en una misión casi imposible, especialmente en horas críticas, cuando la demanda supera con creces la oferta. La realidad es que, en muchas ocasiones, no hay taxis disponibles, ya que estos se concentran en atender a turistas y estudiantes.

Para llegar a la estación, muchos de nosotros nos vemos obligados a encadenar dos autobuses: primero uno urbano hasta los Jardinillos o el Acueducto, y luego el 11 o el 12 hacia Guiomar. Esta distancia, que en un mapa puede parecer insignificante, se transforma en un verdadero suplicio cuando llevas equipaje, cuando llueve o hace frío, o simplemente cuando la movilidad se ve limitada por la edad.

Lo que más me indigna no es solo la falta de alternativas, sino la indiferencia con la que el Ayuntamiento ha tratado este asunto durante años. Muchos de nuestros dirigentes no residen en el casco antiguo, ni siquiera en Segovia, y eso se nota. No conocen los problemas reales que enfrentamos los segovianos. Mientras tanto, los altos alquileres nos empujan a abandonar el centro, y la incomunicación con el AVE solo agrava esta situación.

La pregunta que flota en el aire es clara: ¿por qué ninguna línea de autobús entra en el casco urbano? ¿Es un problema técnico, logístico o de voluntad política? Los segovianos merecemos una respuesta. Necesitamos soluciones reales que faciliten nuestra movilidad. No pido un autobús articulado, pero sí lanzaderas pequeñas, servicios en horario punta, un refuerzo del servicio de taxis o incluso una línea adaptada para residentes. Lo que sea, pero algo debe hacerse.

Mientras los responsables públicos miran hacia otro lado, quienes pagamos el precio de esta desconexión somos los ciudadanos de siempre, los que aún resistimos viviendo en el corazón de Segovia. Es hora de que nuestras voces sean escuchadas y de que se tomen medidas que garanticen una movilidad digna para todos.

Hablan los segovianos. Cartas al Director.