Ya tenemos la nueva imagen gráfica que definirá al Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi en su 32 edición. Una joven estudiante de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Segovia »Casa de los picos» gana el concurso con su imagen gráfica propuesta. La estudiante Cristina Padilla Fernández-Vega, recoge su premio.
El cartel, con la grafía en amarillo sobre fondo negro, y que refleja una «T» ligeramente inclinada en la que un equilibrista en monociclo desliza y mueve un títere de hilos, pretende expresar «la sencillez con la que Titirimundi transforma Segovia en pura magia y volvemos a la niñez», expresa la autora, de 21 años, que participó en el proyecto de reconversión de la Plaza Fernán González y ha tenido experiencia en diseño y desarrollo de marca para sendas empresas, así como diseño publicitario para Didáctica Gauss. «El amarillo responde a la felicidad, al sol de la niñez, y el negro representa el vacío que ha dejado Julio Michel», añade.
El jurado, compuesto por profesores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño, el destacado diseñador Roberto Turégano, la hija mayor del fundador y director de Titirimundi, Ana Estrella Michel Lois, y la actual directora del Festival, Marián Palma Castillo, ha reconocido el movimiento que refleja el cartel y la representación del espíritu de Titirimundi, en un concurso, cuyo premio es de 300€ en metálico, donde los aspirantes han sido estudiantes y alumnos titulados que finalizaron sus estudios en el curso pasado.
Titirimundi siempre ha cuidado cada cartel, en cuya ilustración han participado diseñadores como Madrigal, el mismo Turégano, Gianni Ferraro, o Mikel Urmeneta y su marca Katuki Saguyaki, y su historia se refleja en cada uno de ellos, donde están presentes memoria y emoción. Este certamen ha sido fruto del deseo, una vez más, de involucrar a la ciudad, a los estudiantes y a instituciones que, como la Escuela de Diseño y el Casino de la Unión, no han dudado en aportar su colaboración. Una línea de trabajo que Titirimundi lleva desarrollando desde hace años con Titiricole o TitiriUVa, con su singular proyecto de voluntariado y todos los vínculos que se vienen estableciendo, en su pretensión de que Segovia se sienta responsable y parte del Festival tanto a nivel social como institucional, empresarial y hostelero.
Titirimundi es un regalo que Julio Michel proyectó en esta ciudad que él eligió y por eso desde la organización se pretende seguir compartiendo con los segovianos y todos los amantes del Festival que han crecido con él, esperando que en próximas ediciones pequeñas empresas segovianas tengan a bien patrocinarlo y ser partícipes de su andadura y de su conservación como patrimonio inmaterial y cultural de Segovia.