El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, participó hoy en el Homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus y reconocimiento a la sociedad española durante estos meses de pandemia en Madrid.
Fernández Mañueco acudió representando a la Comunidad autónoma en el acto austero y solemne que se desarrolló en el Palacio Real, y que presidieron los reyes. Antes de comenzar, Felipe VI saludó, sin dar la mano y manteniendo la distancia, a todas las autoridades entre las que se encontraba Mañueco junto al resto de presidentes autonómicos.
También el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compartió unas palabras con el jefe del Ejecutivo regional momentos antes de dar inicio a este acto en el que estuvieron representadas las más altas instituciones del Estado, y en el que uno de los momentos más emotivos fue la ofrenda floral que se otorgó a las víctimas junto a un pebetero instalado en el centro del Patio de la Armería del Palacio Real de Madrid, mientras la Orquesta y Coro de RTVE interpretaba el Adagio para cuerdas Op.11” de Barber, y Geistlicheslied canción del espíritu de J. Brahms.
El rey Felipe VI pronunció un discurso en el que llamó a que “pongamos unidos toda nuestra voluntad” para “poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza”. El rey señaló que este homenaje “no puede reparar el dolor de muchas familias, ni mucho menos atenuar la tristeza por su ausencia, pero sí hacer justicia por su vida y contribución a la sociedad, a su memoria”. “No os olvidaremos nunca”.
Finalmente concluyó su intervención convencido de que superaremos las dificultades que vengan. “Las superaremos, ese será el mejor homenaje renovado que podamos ofrecer en el mañana a quienes hoy, con toda justicia y merecimiento, recordamos, reconocemos y honramos”.
Antes habían tomado la palabra dos miembros de la sociedad civil, un familiar de una víctima del coronavirus, el hermano del periodista José María Calleja, y una enfermera, jefe de Urgencias del Hospital de la Vall d’Ebrón de Barcelona.
Para Hernando Calleja era un acto para “honrar la memoria desnuda de quienes se fueron brutalmente”. Un homenaje a todos aquellos “anónimos silenciosos” porque, según manifestó, la covid “nunca distinguió entre seres humanos”. Eso sí, pidió a los cerca de 400 asistentes a este acto no olvidar que esta enfermedad “sigue siendo una ejecutora fría, cruel y destructora”. En este sentido advirtió que el mejor homenaje que podemos hacer es el de “mantenernos unidos en su recuerdo para que queden en la memoria de todos”.
Aroa López admitió encontrarse ante un “privilegio triste” al tener que representar a esos sanitarios y colectivos esenciales que han estado en la primera linea de la pandemia. Precisamente solicitó “que su esfuerzo no sea en vano”, ya que “detrás de los EPIs no había héroes, hay personas”. De este modo no dudó en pedir a los poderes públicos la defensa de la sanidad pública: “no olvidemos nunca la lección aprendida”.
Al acto asistieron unas 400 personas, entre las que también figuraron expresidentes del Gobierno, salvo Felipe González que excusó su ausencia por motivos personales, el jefe de la oposición, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, el alcalde de Madrid, junto a las fuerzas parlamentarias -a excepción de VOX y ERC-, y una amplia representación de las familias de las víctimas y de la sociedad civil, entre ellos los denominados colectivos esenciales que han seguido trabajando durante la pandemia.
El acto contó además con la presencia del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el alto representante de la UE, Josep Borrell, así como también el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus y el secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili.