La provincia de Burgos disfruta de uno de los mayores niveles de vida de España y tiene la mejor situación en el ámbito de la Comunidad autónoma. Por el contrario, León se sitúa a la cola de la región. Así lo recoge un estudio becado por Caja Segovia y que se presentó esta semana en la capital del Acueducto.

De acuerdo con las conclusiones del informe, Burgos es la provincia mejor situada de toda Castilla y León y ocupa el quinto puesto en el ranking nacional. Le sigue Valladolid, que ocupa el octavo lugar en el listado nacional, y la tercera provincia de la Comunidad es Soria, que en el ranking total es la décimo segunda. Segovia se encuentra a continuación, con el puesto número 21, seguida de Palencia (25), de Salamanca (29) y Ávila (30). El penúltimo lugar en la Comunidad es para Zamora, que ocupa el puesto 40, y a la cola se sitúa León, que ocupa el lugar 45 del total de 50 provincias españolas.

El trabajo de investigación es obra de Noelia Somarriba, nacida en Gijón, licenciada en Economía por la Universidad de Oviedo y doctora en Economías por la Universidad de Valladolid. Actualmente desarrolla su trabajo docente como profesora del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid en la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de Segovia.

Su estudio tiene en cuenta sobre todo valores numéricos y las definiciones que de la calidad de vida hacen la OCDE, la ONU, el INE y diversos investigadores sociales. La autora trabajó con 33 indicadores agrupados en siete componentes como la salud y demografía, familia, renta, educación, seguridad, vivienda y empleo.

 

Desequilibrios territoriales

“Con este trabajo he intentado poner un grano de arena a la hora de realizar una medición de la calidad de vida, que ofrezca información útil de cara a la toma de decisiones en materia política, con el objetivo de evitar los desequilibrios territoriales y garantizar un nivel de calidad de vida digno”, explica la investigadora.

Para cuantificar algo tan intangible materialmente como el nivel de la calidad de vida se estudiaron datos de varios sectores. Así, en salud y demografía se tuvo en cuenta valores como la distancia al hospital más cercano, a la farmacia más cercana, la tasa de envejecimiento o de natalidad; en el grupo de familia se cuantificó la tasa de maternidad, tamaño del hogar o tasa de separados/divorciados. En el capítulo de renta se midió el número medio de vehículos, disponibilidad de segundas viviendas, indicador de emancipación o la capacidad tributaria. Para medir el nivel de educación se valoró la tasa de analfabetismo, de niveles de estudios, distancia al colegio o universidad más cercanos, a bibliotecas o a teatros. El número de líneas de teléfono, de restaurantes y distancias a los mismos, de entidades bancarias y similares sirvió para valorar el parámetro servicios. La seguridad se midió con las tasas de delincuencia y distancias a cuarteles o comisarías. Forman parte del capítulo de vivienda la antigüedad de los edificios, las que sufren ruidos, las zonas verdes, el número de miembros que las ocupan, etc. Y, por último, el nivel de empleo se mide con la tasa de paro, el tiempo que se precisa para desplazarse al lugar de trabajo, o la tasa de paro.

 

Diferencias a nivel nacional

En el análisis de ámbito nacional, la autora señala que la franja del centro concentra a la mayoría de las provincias con niveles de calidad de vida medio-alto y medio bajo. En cambio, en la zona noroeste y en el sur se encuentran las provincias con una calidad de vida de nivel bajo. El grupo de calidad de vida más alto está constituído por un total de seis provincias, entre el que se encuentra uno de la Comunidad: Álava, Lleida, Málaga, Huelva, Burgos y Vizcaya.

En lo que se refiere a la calidad de vida de los municipios de la provincia de Segovia, las conclusiones del trabajo evidencian una “concentración de los municipios de calidad de vida alta en torno a la capital, y por otro lado, la presencia de dos ejes que se cortan en forma de cruz detrás de los cuales están las principales carreteras de la provincia”.

El trabajo fue realizado durante un año y forma parte de las becas de investigación que la Obra Social y Cultural de Caja Segovia convoca anualmente. Además de una dotación económica para su realización, la entidad de ahorro edita los trabajos de los seleccionados por un jurado. Todos ellos son presentados una vez concluidos en una jornada que se desarrolla en la Sala de Caja Segovia.

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