La Pascua tiene su tradición más dulce y deliciosa, los huevos de chocolate, que vuelven locos a los niños y también a los mayores. En la provincia de Segovia, Migueláñez tiene una larga tradición chocolatera, cuya historia y maquinaria se puede conocer visitando, ahora virtualmente, la Antigua Fábrica. Un proyecto que volverá con ilusiones renovadas, nuevas ideas y eventos para familias y grupos, cuando se recupere la normalidad tras el estado de alarma.
María Jesús Fuentes es la artífice de este proyecto que, en menos de dos años, tiene ya un gran éxito de visitantes, a los que invita a descubrir la historia del cacao y del chocolate. En su cabeza, se cocinan las iniciativas para poner en valor el pueblo de Migueláñez, su pasado, los valores del medio rural y el contacto con la naturaleza.
En la Semana Santa de 2019, con la colaboración del panadero y repostero de Cantimpalos, Luis Mariano Postigo, la Antigua Fábrica de Chocolate de Migueláñez acogió un taller de huevos de pascua y bombones que resultó una exitosa y dulce experiencia, que la crisis sanitaria del coronavirus ha impedido que tuviera una segunda edición pero, a buen seguro, que tendrá nuevas ediciones.
“Compramos cacaos de calidad. Salió fenomenal, los niños pudieron hacer sus propios huevos de pascua y bombones con sus nombres y llevárselos”, recuerda María Jesús Fuentes. Luis Postigo, gracias a unos moldes de gran tamaño, también hizo para la fábrica unos enormes huevos de chocolate para decoración, que aguantaron sin novedades varios meses, hasta que subieron las temperaturas, “se deshicieron y se cayeron”. La diversión y trucos de este taller se pueden encontrar en internet.
Los platos fuertes de la Antigua Fábrica de Chocolate son la cuidada guiada y la cata de dos tipos de cacao, holandés y el cacao puro, a lo que se suma, a lo largo del año, la celebración de varias fiestas. Además, tiene la scape-room ‘SOS Cupido’, en la parte baja de la fábrica. “En las siete habitaciones de la casa del pastelero”, resume, cada una con una ambientación y uso diferente. Algo ha pasado y los valientes detectives tienen que resolver el misterio.
“En cada habitación, las pistas te llevan una palabra. Las siete palabras componen una frase para resolver el misterio de la pastelería”, asegura María Jesús Fuentes. Cada evento y propuesta de la Antigua Fábrica tiene el objetivo hacer pasar el mejor de los ratos a los mayores y los pequeños, que “todos se diviertan y si es todos juntos, mejor”.
Pinceladas históricas
El chocolate, tal cual lo conocemos en la actualidad, tienen una historia que se remonta tiene algo más de un siglo. “La tradición en todo el mundo de hacer tabletas es reciente”, subraya María Jesús Fuentes. Esta comarca segoviana tenía como fuente de ingresos la industria pañera. “Con la Guerra Civil, se cierra la zona de Levante, de gran tradición turronera y chocolatera, que usaban la harina de arroz para hacer el chocolate a la taza, por eso no lleva gluten”, apunta la empresaria segoviana.
El chocolate se convirtió en un producto demandado por el Ejército de Tierra, al darse cuenta las tropas norteamericanas durante la II Guerra Mundial, de su alto poder energético, además de estar riquísimo. En la Europa y la España de posguerra, marcada por la pobreza, se empiezan a demandar fábricas de chocolate. Lo que existía eran pequeños negocios familiares que hacía pequeñas producciones, que se vendía en un mercado muy local. “Iban andando o en carro y se vendían en los pueblos de al lado”
La familia Herranz de Migueláñez, creadores de Chocolates Herranz, tenían una fábrica un poco más grande y reciben encargos para elaborar tres tipos de chocolate: el sucedáneo, chocolate a la taza y chocolate extrafino, que es el que se envía a los soldados. La maquinaría más antigua, recuperada para este singular proyecto chocolatero, data de 1946.
De la mano y conocimientos de María Jesús Fuentes descubrirán todas las curiosidades y diferencias entre estas tres producciones, qué proceso llevaba cada uno, los ingredientes que se añadían y a qué público concreto iba dirigido el sucedáneo, el rico chocolate a la taza y el lujoso extrafino. También averiguarán cómo se empezaron a hacer tabletas y las míticas meriendas de pan con chocolate.
Otra pincelada histórica recuerda que, al igual que los ciudadanos, tenían las cartillas de racionamiento, las industrias tenían un cupo de materias primas. Un cupo que se asociaba con el número de personas que se aseguraran en el Instituto de Previsión. “Si Migueláñez tenía diez asegurados, eran diez cupos de materia prima”, resume.
Episodios muy poco conocidos de la Historia de España para un producto, el chocolate, cuya materia base, el cacao venía de las colonias, y se trataba por todos los medios que no subieran lo precios del cacao para que no se cerraran las fábricas y no quedarse sin chocolate.
Nuevas ideas
La inquieta empresaria María Jesús Fuentes quiere seguir avanzando en nuevos proyectos que sirvan para conocer y descubrir la historia del cacao y del chocolate. El cacao viene de la naturaleza y hay que poner en valor esta cualidad y las muchas que tienen los pueblos. El reto de ir a Migueláñez, descubrir el choco-bar, en la plaza, bajo los soportales y empezar una búsqueda del tesoro. También fluyen ideas para nuevos scape-rooms y ver las posibilidades de abrir sus campamentos de verano, “la más dulce aventura”.
Las armas de este proyecto son poner “la creatividad y la imaginación” al servicio de la fábrica, para que todo el que venga, familias de todo tipo, grupos, colectivos y asociaciones, “se diviertan muchísimo, que se lo pasen pipa”, adaptando cada visita guiada a sus necesidades y características. “Fomentamos mucho la amistad y la familia”, resume María Jesús Fuentes. Muchas familias y amigos vienen recomendados de las casas rurales de la provincia y pasan aquí unas horas.
También reciben peticiones para pasar un día entero haciendo todo tipo de actividades. Conocer la fábrica ya es todo un reto y una oportunidad única de ver la línea de producción chocolatera más completa del mundo. María Jesús Fuentes también se siente orgullosa de las visitas que han tenido de los usuarios de Cruz Roja, Apadefim-Fundación Personas y confía en que, muy pronto, pueda recibir a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer.
En www.fabricachocolate.es, en estos tiempos de confinamiento en casa, se puede acceder a sus perfiles en redes sociales, como sus rutas con corazón. María Jesús Fuentes resalta que todo lo que se recauda con las actividades y eventos va destinado a seguir recuperando la fábrica. Una tentadora y dulce manera de ir planeando la visita al pasado chocolatero de Migueláñez, la familia Herranz y su nueva etapa en este siglo XXI.