La Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León ha destinado una partida presupuestaria de 412.000 euros a consolidar y proteger los restos del Palacio de Enrique IV. La intervención realizada ha aportado abundante y valiosa información técnica sobre la historia de las tipologías constructivas y el uso de materiales desde el siglo XV.
El delegado territorial de La Junta de Castilla y León en Segovia, Javier López-Escobar, y el arquitecto redactor del proyecto y director de las obras de consolidación del Palacio de Enrique IV, Jesús Castillo, han realizado una visita al inmueble detallando a los medios las tareas que se han venido realizando.
El objetivo más importante de la actuación es detener el deterioro de las ruinas, sanearlas y protegerlas. Para ello, el primer problema a resolver ha sido la retirada de los estabilizadores que sujetaban la fachada, instalados en 2006 para frenar el proceso de ruina, y su sustitución por una estructura que sostiene los muros sin necesidad de apeos.
También se ha procedido a la limpieza de la abundante vegetación que inundaba el patio interior y a la instalación de un nuevo sistema de cubiertas para proteger las fábricas y alfarjías del monumento. Además, se refuerza la estructura actual mediante un nuevo sistema de madera laminada y policarbonato, materiales y soluciones constructivas fácilmente identificables, que no condicionan actuaciones futuras, pues son sencillas de desinstalar e incluso se pueden reutilizar en otros proyectos, y también garantizan la reversibilidad de la actuación.
El edificio objeto de este proyecto de consolidación es en realidad una parte del antiguo Palacio urbano del Rey Enrique IV, la parte que corresponde al espacio donde se ubicarían las dependencias del Palacio de la Reina. Los restos que se conservan tienen su origen en una construcción de mediados del siglo XV y se articulan en torno a un patio central cerrado en tres de sus cuatro lados.
Las fachadas norte y este lindan con la vía pública, mientras la fachada oeste vierte a un patio de la propiedad, que limita con antiguas dependencias del palacio. La antigua construcción formada por muros de carga de piedra y estructura de madera se levanta en dos alturas desde la vía principal.
A propuesta de la Consejería de Cultura y Turismo, la Junta de Castilla y León acordó, previa deliberación del Consejo de Gobierno del 28 de julio de 2005, la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento, del Palacio de Enrique IV o de la Reina Doña Juana.