El Open de Tenis Castilla y León no pierde su esencia y ha querido mantener su respaldo y reconocimiento a otras actividades y eventos que bien merecen un aplauso. De esta forma, en la noche del jueves 29 el torneo, con su directora Virginia Ruano a la cabeza, realizó un acto de homenaje a personas y colectivos que vienen ofreciendo una labor más que meritoria en el último año y medio. Entre los nombres destacados aparece el del Colegio de Médicos de Segovia, como profesionales que han realizado una formidable labor durante estos meses de pandemia por la covid-19. El presidente de este organismo, Graciliano Estrada, recogió el premio “con mucho orgullo y mucha satisfacción porque se haya reconocido la labor de los médicos segovianos”, según sus palabras.

Estrada señaló que deseaban con todo corazón que “el torneo siga muchos años entre nosotros”, subrayando que no son tiempos sencillos, ni para la sociedad en general, ni para eventos deportivos por las derivadas de la emergencia sanitaria. Además, Estrada recordó en su alocución la figura del presidente de honor del torneo, Pedro Muñoz, fallecido a finales de enero, víctima de esta enfermedad y con quien mantenía una muy buena relación. “Ha sido una gran pérdida para todos nosotros, pero estamos seguros que El Espinar va a continuar albergando este torneo por muchos años”, explicó.

Fue un acto que se celebró en las instalaciones del Open de Tenis Castilla y León, en El Espinar y que contó con los máximos responsables del torneo y el alcalde de la localidad, Javier Figueredo. En el capítulo de premiados, junto al Colegio de Médicos, se encontraron el club de baloncesto San Pablo de Burgos, la Pastelería Yagüe y el resto de personal sanitario que ha estado en primera línea de batalla durante la pandemia motivada por este coronavirus. Además, el torneo quiso tener igualmente un recuerdo muy especial a los cuatro directores que ha tenido a lo largo de su historia. Mario Naturali, Pedro Muñoz, Javier Martínez y Virginia Ruano. En el nombre del fallecido Pedro Muñoz recogió el premio su mujer, Charo Reboyo.