Las defensas de los hermanos condenados a ocho y diez años de prisión por dos robos (uno en grado de tentativa) en restaurantes de Pedraza (Segovia), de donde se llevaron alrededor de 1.000 euros y un ordenador portátil, recurrirán al Tribunal Supremo por supuestos “defectos materiales y de forma”, “indefensión” y “errores en la valoración de pruebas”. Esas serán al menos las causas que aleguen después de que un tercer procesado, sobrino de ambos, consiguiera la absolución sobre todo por tres motivos: nadie preguntó a los testigos en el juicio si lo identificaban (ni a él ni a sus tíos); ningún agente asume el reconocimiento fotográfico que se le hizo; y pudo evitar una rueda de reconocimiento tras rechazarla.

Los dos abogados del turno de oficio que defienden a los condenados ya han anunciado formalmente sus intenciones a la Audiencia de Segovia, donde se celebró el juicio los pasados 27 y 28 de enero. Ellos han sido los encargados de indicar los preceptos que consideran que se han conculcado pero, tal y como explicaron a la Agencia Ical, serán dos letrados de Madrid quienes preparen los recursos de casación, dado que el turno de oficio está repartido por circunscripciones y el Supremo tiene su sede en la capital.

Los robos en los restaurantes El Yantar y El Soportal se produjeron cuando estaban cerrados y no quedaba nadie dentro, pero los ladrones fueron sorprendidos dentro del segundo. El propietario, ayudado por su hijo y acompañado por su esposa y un amigo, logró retener a uno (Roberto B.S.), pero los otros dos huyeron a pie y regresaron en un coche con el que les intimidaron hasta que lo soltaran. En la sentencia se da por probada la participación de tres personas, pero una ha quedado como no identificada.

Roberto B.S, de 42 años y residente en La Granja cuando se produjeron los hechos (la noche del 11 al 12 de enero de 21012) tuvo que admitir el robo de El Soportal porque fue retenido varios minutos, identificado y detenido esa misma noche por la Guardia Civil a unos tres kilómetros, en la localidad de La Velilla. Sin embargo, su abogado, Manuel García Job mantuvo ya en el juicio que no había pruebas objetivas claras de su presencia en El Yantar porque no se hallaron huellas dactilares, pero los magistrados han valorado la coincidencia temporal de uno y otro robo en dos locales muy próximos entre sí. Y Jesús María Herrero, abogado de Javier B.S, de 43 años y vecino de Madrid, considera que en el juicio hubo «demasiadas contradicciones» en las declaraciones de los testigos. «El propietario del primer restaurante dijo que el portátil no era suyo», cita como ejemplo; y aparte de ese «error en la valoración de las pruebas» subraya que «unos testigos hablan de tres implicados y otros de cuatro».

Roberto B.S declaró que fue a Pedraza con dos yonquis que conoció en Madrid y de los que no aportó identificación alguna, y los magistrados no le han dado crédito. Y tampoco a Javier, que llegó a denunciar el robo del coche que se considera probado que conducía él, propiedad de su pareja.

Foto: imagen del juicio de los robos en restaurantes de Pedraza/Ical