El senador de Compromís, Carles Mulet presentó en diciembre la siguiente pregunta:
En el municipio de Labajos (Segovia) continua erigido el monumento de exaltación franquista dedicado a Onésimo Redondo, en el cual se producen habitualmente actos de exaltación franquista y de humillación a las víctimas de este régimen genocida.
¿Qué medidas va a adoptar el Gobierno al respecto para eliminar este vergonzoso monumento y hacer cumplir la legislación vigente?
El Gobierno responde:
En relación con la pregunta formulada, cabe señalar que el Gobierno solo puede dirigirse al Ayuntamiento para recordarle el deber de cumplir con lo previsto en el artículo 15 de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, con el epígrafe “Símbolos y monumentos públicos” y que, en consecuencia, retire el monumento señalado en coherencia con el espíritu de reconciliación y concordia que permitió el alumbramiento de la Constitución Española de 1978. Si el Ayuntamiento de Labajos no retirase el monumento señalado, el Gobierno requerirá a la Junta de Castilla y León para que, en el ejercicio de sus competencias, haga cumplir lo previsto por la Ley y adopte las medidas oportunas que se deriven de la no actuación municipal. En el mismo sentido se actuará con respecto a todos aquellos ayuntamientos que se aparten del cumplimiento de la Ley.
Madrid.
El portavoz de Compromís ha remarcado que de esta respuesta se desprende que desde 2007 cuando se aprobó la Ley de Memoria Histórica, «ningún Gobierno se ha dedicado a mover un dedo para solucionar este tipo de casos, la respuesta dada ahora por el Gobierno es simplemente una respuesta tipo dada a todos los casos denunciados en diversas comunidades autónomas.»
Mulet ha remarcado que esta pregunta fue registrada antes que por parte del ayuntamiento se retirasen los escudos de este monumento “ a pesar de las amenazas, este pequeño ayuntamiento ha empezado a actuar, justificando la falta de recursos económicos para demoler el monumento pero si procediendo a retirar los escudos. Después de ello, el pueblo se ha visto ensuciado con pintadas fascistas insultantes hacia los vecinos y hacia la alcaldesa, habiendo identificado la Guardia Civil como autor de algunas pintadas al actual líder de la Falange. Por ello solamente podemos mostrar la solidaridad con los vecinos y la corporación, y reflexionar ante el Gobierno la necesidad de destinar recursos para que los pequeños ayuntamientos sin recursos ni medios, pueda solicitar a la Administración General del Estado actuar; en este caso concreto la demolición debería asegurarse por parte de la subdelegación del Gobierno en Segovia, y tomar medidas para que acabe la impunidad, no solamente de las pintadas amenazantes, sino de los actos de exaltación fascista como el producido ayer en el mismo monumento por parte de 50 falangistas”.
Imagen el Norte de Castilla