El Colegio de Médicos acogió la visita de Cristóbal Belda Iniesta, director del Instituto de Salud Carlos III, para analizar la situación de la investigación biosanitaria en nuestro país. El doctor Belda es especialista en Oncología Médica y es además experto en el diseño y desarrollo de ensayos clínicos, participando en algunos de los más importantes llevados a cabo en los últimos años, como el firmado hace unos meses en el campo de la combinación de vacunas frente a la covid-19 (Convivacs) que supuso toda una innovación mundial. Cristóbal Belda acudió al ciclo de conferencias del programa de Formación Continuada del Colegio de Médicos, que viene desarrollándose desde comienzos de febrero y alcanzará el mes de junio.
Uno de los pilares de su ponencia fue hablar de la nueva realidad en el campo de la innovación sanitaria, que viene marcada por las iniciativas incluidas en uno de los epígrafes del PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica), en concreto el que hace alusión a la Salud de Vanguardia. Se trata de una herramienta que nace con el objetivo de alcanzar una serie de objetivos contando con la fundamental baza de la ciencia y que, en asuntos de salud, “éstos tienen que ver con la capacidad de transformar tanto la industria, como el propio sistema sanitario, para mejorar, en último lugar, la salud de los ciudadanos”, en palabras del invitado, quien recordó que una de las más claras enseñanzas que nos ha dejado la pandemia es que “la ciencia es un apoyo clave y nos ofrece luz al final de este túnel tan tenebroso. Además genera riqueza y progreso”. Una riqueza que mide en términos de balance económico, pero también en “avance social, en forma de puestos de trabajo, de desarrollo industrial y de oportunidades para las personas”.
En su conferencia en Segovia defendió el trabajo en red y la unión de esfuerzos entre los diferentes centros donde se cultiva la investigación ya que este modelo “permite ser mucho más fuertes”, dijo para después adentrarse en la explicación algunos aspectos del Plan Estratégico de la entidad que dirige, que inscribió en tres grandes apartados: “La medicina de precisión, las terapias avanzadas y la transformación digital”. En esta línea, dijo que el reto de la transformación digital puede dividirse en dos ambiciosos fines que pasarían por intensificar, por un lado, el trabajo en “la obtención un ‘Data lake’ sanitario” y -por otro- por la capacidad de “transformar digitalmente la actividad asistencial, con un foco especial en la atención primaria y comunitaria, que es la columna vertebral de nuestro sistema”, según detalló.
Su labor como director del Instituto de Salud Carlos III le permite tener presencia directa e indirecta en otras entidades y centros científicos, con la posibilidad de ofrecer una mirada muy amplia y en perspectiva para valorar la situación de la investigación en nuestro país. A ese respecto, afirma que la apuesta por la Ciencia ha de ser creciente y “si bien nunca es suficiente”, destaca que en España ese apoyo “ha sido muy intenso en los últimos tres años, tanto a nivel de los proyectos, como al de las personas que los realizan, mejorando sus condiciones”.
Este doctor es experto en oncología y desde hace varias décadas ha dedicado muchos esfuerzos a la asistencia de personas diagnosticadas de tumores cerebrales y cáncer de pulmón, con la intención de mejorar su calidad de vida. Sobre la investigación oncológica, manifestó a modo de aproximación que “es una de las áreas en las que desde el Instituto Carlos III más se está invirtiendo y más va a seguir invirtiendo”, a la vez que ponía en valor el nivel de los logros médicos actuales, subrayando que es recomendable “echar la vista atrás” para hacer estas valoraciones. Comparar el tratamiento de los tumores hace 20 años con los procedimientos de nuestros días, nos permite tener “una verdadera noción de lo logrado y ser optimistas de cara al futuro próximo”.
Para ilustrar esta situación puso varios ejemplos, como le hecho de que en la actualidad haya aumentado de una forma importante el nivel de vida de los pacientes y la tasa de curación del cáncer. Pero además, recordó que “hay muchos tumores en los que hoy no se utiliza la quimioterapia como terapia fundamental”, sin olvidar las mejoras farmacológicas y terapéuticas que afectan directamente en la disminución de los efectos secundarios para los enfermos: “Eso es ciencia y eso es el hecho científico aplicado a la mejora de la vida y la protección de la salud de las personas”, concluyó.