Un estudio liderado por el CENIEH en el yacimiento segoviano del Portalón del Tejadilla ha confirmado la presencia de especies adaptadas a este ambiente
Un estudio que se acaba de publicar la revista ‘Quaternary Science Reviews’, encabezado por Nohemi Sala, experta en Tafonomía del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), presenta los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en el yacimiento segoviano de la cueva del Portalón del Tejadilla, que confirman un clima frío y de extrema aridez en una latitud nunca antes documentada en la península Ibérica.
La evidencia arqueológica actual apunta a un hiato de poblaciones paleolíticas en el centro peninsular que coincide con el apogeo del periodo climático denominado estadio isotópico marino 3 (MIS 3), hace entre 42.000 y 28.000 años. Esta escasez en el registro arqueológico hace compleja la tarea de reconstruir las condiciones climáticas y ecológicas de la península Ibérica y, por tanto, comprender en qué medida el clima influyó en la dinámica de las poblaciones humanas.
El análisis de los restos de fauna del Portalón del Tejadilla ha hecho posible inferir unas condiciones climáticas correspondientes a un periodo de extrema aridez y frío en un entorno abierto, compatible con los ecosistemas de estepa-tundra euroasiática.
Hienas manchadas
Las excavaciones en Portalón del Tejadilla comenzaron en 2012, con financiación de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, y desde entonces se han recuperado restos fósiles de caballos y asnos salvajes, hienas, bisontes, rinocerontes lanudos y ciervo gigante además de osos de las cavernas y leones.
Las hienas manchadas ocuparon esta cueva entre hace 39.000 y 34.000 años y fueron acumulando los restos óseos de los animales que consumieron. Estos hallazgos amplían el rango paleobiogeográfico de especies como rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis) y ciervo gigante (Megaloceros giganteus).
Este yacimiento permite ampliar el registro paleontológico del área del valle del Tejadilla donde se encuentran las vecinas cuevas del Búho y de la Zarzamora que en su conjunto permiten detectar proceso de enfriamiento y aridización sustancial durante la mitad del MIS 3 en el centro de la península Ibérica que podría haber influido en las poblaciones humanas de la región.
«Las condiciones ambientales que existieron durante el período comprendido entre 45.000 y 30.000 años son de vital importancia para abordar la transición entre el Paleolítico Medio y Superior, es decir, entre los neandertales y los primeros representantes de nuestra propia especie en Europa «afirma Nohemi Sala.
En este trabajo, han participado investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH), Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos, Museo Arqueológico Regional (MAR) y Universidad de Cantabria (UC).