Panteones, nichos y tumbas a pie de suelo. Mayores y pequeños, si algo sabemos los vivos es que, algún día, moriremos. Estos días, los cementerios de la provincia se llenan de vida, la de aquellos que acudimos a recordar a los nuestros. Días grises en Segovia y de volver a los orígenes. En las lápidas, flores, pero tambie´n fotografías, cartas, familias enteras. Son días de encuentro, y de recuerdo.
“Palacio, buen amigo, / ¿está la primavera vistiendo ya las ramas de los chopos del río y los caminos? / En la estepa del alto Duero, primavera tarda, ¡pero es tan bella y dulce cuando llega!…” Antonio Machado agradeció con este poema la labor que José María Palacio Girón desarrolló durante varios años, en los que no dejó de homenajear con flores la tumba de su querida Leonor en Soria cuando éste partió. Este funcionario de la CHD falleció circunstancialmente en Valladolid, donde está enterrado en el cementerio del Carmen y en cuya sepultura se puede leer el primer verso que el escritor le dedicó.
“La mujer de Palacio era prima de Leonor. De ahí su amistad. Era un hombre ilustrado y conocido en Soria en el siglo XIX, donde poseía una imprenta y un periódico”, desliza la mirada curiosa del investigador Jesús Anta durante un paseo por el camposanto vallisoletano.
De poemario dedicado a la muerte, Machado era un gran autor. Y Castilla y León es tierra ilustrada, y en el interior de esa tierra yacen ya, eternamente, cientos de personajes históricos que pusieron a la Comunidad en vanguardia social en numerosas disciplinas. El caso de Palacio es anecdótico, muy vinculado a Leonor Izquierdo, la historia de amor soriana del autor y que muriera tan joven. En el camposanto soriano yace también, entre otros, el compositor Odón Alonso, vinculado a La Bañeza (León).
Muchos son conocidos de talla mundial, otros lo son menos, pero todos dejaron su impronta y decidieron, incluso en algunos casos sin tener vinculación familiar con la Comunidad, descansar aquí eternamente.
En Segovia se encuentran los panteones del político Fernando Abril, los mesoneros Cándido López y Dionisio Duque o el folklorista Agapito Marazuela. También del empresario Nicomedes García, fundador de marcas como Whisky DYC y Anís la Castellana, también Daniel Zuloaga, ceramista. La historiadora Mercedes Sanz explica a Ical que este ilustre, que llegó a ser uno de los doce empresarios más importantes del mundo en su época, tiene una tumba con una Piedad de Florentino Trapero, una escultor segoviano “de una calidad artística extraordinaria”.