No es la primera vez y ojalá fuera la última. Hace apenas una semana, en un colegio de Zaragoza, una menor de 10 años, se arrojó desde la ventana de su vivienda como consecuencia, también, del bullying que sufría por parte de sus compañeros de colegio. 

Todas las investigaciones hacen apuntar a que, efectivamente, el intento de suicidio de la pequeña se debía a los insultos y agresiones que sufría en su centro escolar. Además, la menor escribió una carta de despedida a su familia, en la que relataba todos estos acontecimientos.

Peor fue el final al que tuvo que hacer frente otra familia cuya hija, quien con tan solo 15 años decidió quitarse la vida tirándose por el hueco de la escalera, tras ser, presuntamente, maltratada psíquica y fisicamente por sus compañeros de clase.

Estos dos casos recientes representan un pequeño porcentaje del total de niños y niñas que sufren acoso a diario en los colegios de España. Según distintos estudios realizados, uno de cada cuatro niños sufren todos los días algún tipo de acoso o ciberacoso.

Tal es su gravedad que el acoso escolar, también conocido como bullying, se ha convertido en la causa principal de suicidio en niños y adolescentes. Además, el uso de las tecnologías ha traído consigo un incremento considerable en el número de jóvenes y niños que sufren acoso, suponiendo el ciberbullying cerca de un 30% del acoso global.

Según los expertos, la clave está en identificar cuando un niño puede estar siendo objeto de bullying, suele manifestarse como un trastorno depresivo infantil.

La psicologa, Aldona Ziaja, señala las claves para poder hacerlo: «El rasgo común en todos estos trastornos es la presencia de: ánimo triste, vacío, irritabilidad, presencia de síntomas somáticos, alteraciones cognitivas, tristeza o ataques de cólera«.

También, señala que «muchas veces nos centramos en la tristeza para comprobar si los más pequeños son víctimas de algún trastorno depresivo, mientras que, los ataques de cólera o la irritabilidad grave, son dos de los factores más característicos«.

El aumento del acoso escolar origina, de manera directa, que se produzca un incremento en el número de suicidios infantiles. En 2021 aumentó la cifra de jóvenes con ideas suicidas en un 50%, el último caso una menor en un centro educativo de Toledo, que cayó desde una ventana con una altura de cerca de 15 metros, por causas desconocidas hasta el momento.

Teléfono Fundación Anar. Porque detrás de un menor de edad con problemas, hay un adulto que necesita ser orientado.