La vida de Blancanieves y los siete enanitos sólo existe en el mundo de Disney. Sin embargo, su castillo es real. Al menos, está inspirado en uno tan verdadero como es el Alcázar de Segovia. Los expertos recuerdan las similitudes aquitectónicas entre el de fantasía y el que los segovianos pueden disfrutar cada día en su ciudad.
Las pequeñas ventanas y la fachada de piedra representan una prueba de dicha inspiración. El castillo de Blancanieves imita las estructuras defensivas de nuestro Alcázar, con sus torres redondeadas, aunque es cierto que Disney dibuja muchos más torreones. Forma parte de su magia.
No obstante, no hay duda de que el modelo a seguir fue el del castillo segoviano, que en su momento fue palacio y fortaleza de los Reyes de Castilla y reflejaba el esplendor de la Corte durante el medievo. Muchos años han pasado desde entonces. Sus muros han sido testigos de batallas, asedios, intrigas palaciegas, bodas reales y sucesos asombrosos.
Fue fortaleza medieval, palacio real, prisión de estado y Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar. Guarda los secretos que a día de hoy mantienen al castillo erguido, elegante y lleno de la magia del tiempo.
Tanto el de Disney como el real destacan por estar ubicados en lo alto de un cerro. Concretamente el segoviano, se encuentra sobre una roca en la confluencia de los valles del Eresma y el Clamores.
Data de principios del siglo XII y en la acutalidad, es uno de los castillos medievales más famosos del mundo y uno de los monumentos más visitados de nuestro país.
Es cierto que existen otros castillos en los que Disney se ha fijado para otras de sus películas. Tal es el caso del castillo de La Cenicienta, inspirado en el de Neuschwanstein (Baviera, Alemania) o el castillo de la Bella Durmiente, recreado a partir del de Ussé (en la región del Valle de Loira, Francia) y el de La Bestia, que imita al de Chambord (Loira, en Francia).