Ecologistas en Acción presentó el pasado  lunes 21 de marzo un recurso ante el Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Casilla y León ante la negativa de su Director General de Calidad y Sostenibilidad Ambiental a elaborar los preceptivos planes de mejora de la calidad del aire para reducir el exceso de ozono en el aire que respira, entre abril y septiembre, buena parte de la población de la región.

Amparándose en las “muchas incertidumbres” sobre el comportamiento de este contaminante y trasladando la responsabilidad al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), el Director General de Calidad Ambiental, según los ecologistas, les transmitió el pasado 1 de marzo «que no está dispuesto a aprobar los planes de calidad del aire que exige la normativa en las zonas donde entre 2013 y 2015 se ha incumplido el objetivo legal de protección de la salud establecido legalmente para el ozono».

Y ello a pesar de reconocer, según Ecologistas en Acción, que en las zonas Duero Norte, Montaña Sur, Valle del Tiétar y Alberche, y Soria y Demanda, con una población de 790.000 habitantes repartida entre todas las provincias de Castilla y León, se ha superado dicho valor objetivo en el trienio 2013-2015, incumplimiento que los ecologistas hacen extensible a las aglomeraciones de Salamanca y Valladolid, con otros 560.000 habitantes.

Las estaciones de control de la contaminación atmosférica de referencia donde en el último trienio se ha superado el objetivo legal de ozono más de 25 días por año de media han sido Laguna de Duero (Valladolid), Venta de Baños (Palencia), Segovia, Muriel de la Fuente (Soria) y Valle del Tiétar (Ávila).

La Ley estatal de calidad del aire establece que las comunidades autónomas adoptarán planes de mejora de la calidad del aire para alcanzar los objetivos establecidos, en las zonas en las que los niveles de uno o más contaminantes regulados superen dichos objetivos, como es el caso de los niveles de ozono para diversas zonas de Castilla y León. Se trata de una medida obligatoria para las autoridades autonómicas, que de ninguna manera se puede entender como una decisión discrecional, y es independiente de las iniciativas que pueda adoptar el Gobierno central

El ozono troposférico, también conocido como ozono ‘malo’ por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias. Por inhalación, provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud estima en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados el pasado verano en Castilla y León. El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y parques urbanos y reduciendo la productividad de los cultivos.

Foto: tabla de días de superan los niveles máximos de ozono en Castilla y León por zonas/Ecologistas en acción