DOBLE RETO UNIENDO CAMINOS A CONTRACORRIENTE

DÍA 9: O CEBREIRO – PORTOMARÍN

61KM – 9h53

El calor

A esa hora el calor era tan punzante y pegajoso que todo cuerpo parecía un lastre cubierto de impurezas. Se tenía la impresión de que abajo, en las vísceras de la tierra, los fogoneros hubieran abierto por un instante la caldera del barco para que ascendiera una masa de aire incandescente. Su roce dejaba en la piel un ligero dolor, como una quemadura

 La extraña – Sándor Márai       

Y así transcurrió la mayor parte de la etapa de hoy a pesar de madrugar y salir de noche un día más.

Una noche más en albergue (O Cebreiro) y otra noche sin apenas dormir. En una habitación para unas 40 personas me cuesta conciliar el sueño. Cuando uno no ronca, otro se levanta, u otro enciende una luz, o vuelve a roncar. Entiendo que para el peregrino que haga el camino en etapas cortas no será tan necesario conciliar el sueño en profundidad, pero en mi caso son muchas horas recorriendo el camino y necesito descansar bien.

Dicho lo cual, a las 5h15 estaba en marcha. Comenzamos con miedo, frontal y bajada intensa hacia Triacastela con un par de subidas interesantes como el alto del Poio, la mayor cumbre del camino francés en Galicia (1337m). Debido al mal dormir hago toda esa parte medio dormido, cansado (si no agotado) y con precaución para no sufrir una caída. Hace calor aún siendo de noche y voy sudando bastante (probablemente la etapa en la que más sudé hasta la fecha).

Voy cargando agua en todas las fuentes que puedo mientras disfruto de la bajada montañera que nos tienen preparada, con alguna que otra raíz, pero bastante corrible, lo que me provoca bastante dolor en el tibial. Sin embargo, llego a un acuerdo con él, yo me cuido un poco al bajar y él procura quejarse algo menos, y me deja correr a ratos.

Principalmente pasamos por pueblos pequeños, con no mucha gente, exceptuando Sarria, pueblo en el que empiezo a encontrarme peregrinos sin cesar (menuda diferencia en comparación con el camino de Madrid).

Haciendo conteo de nacionalidades me sorprendo de la cantidad de asiáticos que hacen el camino, a priori coreanos y japoneses según deduzco de la tez y vestimenta que, a pesar del calor, van abrigados y tapados completamente.

Gestiono bien el calor hasta las 12, la mayoría del recorrido es por zonas con sombras, pero a partir del medio día, coincidiendo más o menos con el paso por Sarria el calor ya empieza a ser insoportable. Toca buscar fuentes desesperadamente para recargar agua o incluso para cambiarla porque se quedó caliente. Ante la ausencia de fuentes en diferentes tramos, decido parar en algún bar para tomar un aquarius, coca cola y si un pincho de tortilla que me va bastante bien para conseguir energía.

A la entrada a Portomarín puedo apreciar la presa del río Miño y me quedo con ganas infinitas de pegarme un baño al ver el agua, pues el calor es asfixiante a esa hora.

Llego al centro de Portomarín a las 24h justo cuando más pega el calor. Habrá que hacer cuentas en lo que queda a ver si se puede evitar la ola de calor al máximo.

Ya toca descansar para atacar la décima etapa, menos de 100 kilómetros para llegar a Santiago, tras casi 500 kilómetros recorridos hasta hoy. Etapa que transcurrirá entre Portomarin y Arzua separados por 54 kilómetros que habrá que gestionar antes de la última etapa que nos llevará a Santiago. Siempre por AEFAT en busca de una cura para la ataxia telangiectasia. Ya sabéis, si queréis apoyarnos podéis hacerlo en migranodearena.org.

– Día 8 del reto solidario: Resiliencia de Ponferrada-O Cebreiro –