Driving a car at night -man driving his modern car at night in a city (shallow DOF; color toned image)

El radar que más conductores cazó el pasado año en las carretas de Castilla y León fue el ubicado en el kilómetro 340 de la A-66, la Autovía de la Ruta de la Plata, a las afueras de la capital charra y justo antes de la rotonda desde la que se accede a la A-62 en dirección Portugal y a la entrada de Salamanca Sur. En total, el pasado año tramitó 15.927 denuncias. Este récord ya lo había logrado en 2018, pero entonces fueron 26.583 denuncias, mientras que un año antes fueron más de 19.000, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) a los que ha tenido acceso Ical.

El pasado año, cuando el tráfico estuvo por una drástica reducción de la circulación provocada por el confinamiento y el estado de alerta, que en el caso de las carreteras de Castilla y León se tradujo en una caída de los desplazamientos de largo recorrido del 26 por ciento, descenso que los fines de semana alcanzó el 37,1 por ciento, los radares fijos de la DGT tramitaron 170.676 multas, lo que representa el 44,7 por ciento del total de infracciones, que alcanzaron las 381.376. Este porcentaje desciende ligeramente con respecto a los últimos dos años, cuando las multas de los radares suponían la mitad de todas las sanciones en carretera.

Además sumando las infracciones detectadas por los radares fijos a las 83.591 denuncias que impuso la Guardia Civil de Tráfico a través de los dispositivos móviles, la conclusión es que dos de cada tres multas en Castilla y León se producen por exceso de velocidad.

Detrás del cinemómetro de la A-66 y en el ranking de los más ‘multones’ se encuentra el instalado en el kilómetro 125 de la A-1 ubicado en sentido Madrid antes de llegar a la localidad segoviana de Fresno de la Fuente, que realizó 13.030 denuncias. Precisamente, este cinemómetro fue el que más multas impuso en 2019, cuando tramitó 16.757.

En tercer lugar aparece el radar situado en el kilómetro 234 de la A-1. Este dispositivo, que controla el tráfico en sentido Vitoria, se ubica entre el alto de La Varga y el nudo Landa y el pasado año alcanzó las 12.334 multas. Este punto es otro clásico en el ranking de los radares más ‘multones’ y el pasado año cazó a 15.441 conductores y en 2018 a 19.091.

El radar ubicado en el kilómetro 99 de la A-52, a la altura de túnel de Padornelo en sentido Benavente (Zamora), con 10.958 sanciones, y el que vigila la A-1 en el kilómetro 194, poco antes de la salida de Quintanilla de la Mata (Burgos), en dirección Madrid, con 10.703 sanciones, cierran los cinco radares con más actividad.

A nivel nacional, el récord de multas el pasado año se lo llevó el radar situado en el kilómetro 246 de la A-7 en Málaga, con 48.771, por delante del ubicado en el kilómetro 478 de la AP-7, en la provincia de Valencia, con 47.711.

A pesar de estar señalizados, el número de multas impuestas por los radares fijos se incrementa año tras año en las carreteras de la Comunidad. Si en el año 2012 que representaban poco más del 19 por ciento del total (535.295), su número ha ido creciendo paulatinamente hasta alcanzar el pasado año el 51,1 por ciento del total (429.239).

Para las asociaciones de conductores estas sanciones no constituyen un elemento corrector de la conducta de los conductores. Desde Automovilistas Europeos Asociados, se apunta que ocho de cada diez sanciones detectadas por radar se producen por superar “mínimamente” los límites máximos de velocidad, factor que se sitúa en quinto lugar entre las causas que provocan la accidentes.

Mientras tanto, desde el RACE se argumenta que los radares deben tener una función preventiva e instalarse en puntos conflictivos o en los que se registre un incremento de la siniestralidad, algo que en buena parte de los casos no ocurre. En este sentido, se apunta que cuando se registra un incremento de las multas y la siniestralidad vial no desciende, es que algo está funcionando mal.

Castilla y León cuenta con 97 radares fijos ubicados en su carreteras, de los que 12 son de tramos y se comenzaron a instalar en el verano de 2019 con objetivo de la DGT de incrementar la vigilancia en las carreteras convencionales. Los cinemómetros encuentran ubicados en la N-403 (Ávila), en la N-120 y N-630 (León), en la CL-615 y CL-630 (Palencia), en la CL-517 (Salamanca), en la AP-6 (Segovia), en la N-234 (Soria), en la N-601 (Valladolid) y en la N-122 (Zamora).

Sanciones

El conductor que supere en 20 kilómetros la velocidad máxima permita en zonas limitadas entre 20 y 50 kilómetros, no estará cometiendo una infracción grave, será sancionado con una multa de 100 euros y no perderá ningún punto del carné de conducir. En el resto de los tramos, entre 60 y 130 kilómetros, se establece un margen de 30 kilómetros para que la sanción sea la misma. Circular de 30 a 50 kilómetros más rápido del límite establecido es una falta grave e implica la pérdida de dos puntos del carné de conducir y el pago de una multa de 300 euros. La multa pasará a los 400 puntos y se perderán cuatro puntos cuando se conduzca entre 40 a 60 kilómetros por encima del límite fijado, mientras que el conductor que circule de 50 a 70 kilómetros más rápido del límite establecido estará cometiendo una infracción grave y será sancionado con la pérdida de seis puntos y con una multa de 500 euros.

En el caso de superar los límites entre 60 y 80 kilómetros se estará ante falta muy grave, tipificada como delito, por lo que a la retirada de seis puntos y de una multa de 600 euros habría que sumar la retirada del carné e incluso la prisión. Así, un conductor que en una autovía limitada a 120 kilómetros por hora circule entre 121 y 150 se enfrenta a una multa de 100 euros; en el caso de que sea sorprendido viajando entre 151 y 170, la sanción será de 300 euros euros y la retirada de dos puntos; si lo hace entre 171 y 180 serán 400 euros y cuatro puntos, y si es detectado entre 181 y 190 kilómetros perderá seis puntos y tendrá que pagar 500 euros. Por encima de los 190, además de seis puntos y una sanción de 600 euros, se está ante un delito que podrán acarrear penas de prisión y la retirada temporal del permiso de conducir.