La Audiencia Provincial de Segovia condenó a un vecino de la capital a 12 años de prisión al ser considerado autor de un delito de homicidio en grado de tentativa (siete años y seis meses) y otro de abuso sexual con penetración (cinco años y seis meses) a su prima segunda.
Según la información publicada por la agencia Ical, el penado, que se encuentra en la cárcel desde que violará a su prima, a la que también intentó matar, deberá indemnizarla con 24.500 euros. Además, una vez que salga de prisión, se someterá a libertad vigilada y no podrá aproximarse durante 20 años a menos de 1.000 metros de la víctima, de su domicilio, centro de estudios o de trabajo.
La sala consideró hechos probados que el 6 de septiembre de 2019 el acusado cenaba junto con su prima segunda (nieta de una hermana de la madre del procesado de 18 años de edad) con la que le unía una relación de amistad más allá del parentesco, que en el caso del procesado tenía un componente de atracción sexual no correspondido. Reproducimos la relación de los hechos recogidos en la sentencia:
«Los dos estaban en el domicilio de la víctima y tenían la intención de salir a las fiestas de una localidad próxima tras la cena. A las 23.30 horas decidieron salir hacia la fiesta, y cuando la víctima se encontraba sentada en uno de los sofás del salón de la vivienda, agachada poniéndose las deportivas, el procesado la propinó de forma sorpresiva un fuerte golpe en la zona de la nuca, lo que provocó que ella se volviese y le preguntase, creyendo que era una broma, que qué estaba haciendo, que le había hecho daño.
El acusado cogió de los hombros a la joven y la tiró al suelo, colocándose a horcajadas encima de ella, tomando un cojín que había al lado, tapándole boca y nariz tratando de asfixiarla y acabar con su vida. Como la chica tenía los brazos libres y le impedía llevar a efecto la acción de matarla, el procesado dejó el cojín para sujetarla los brazos poniéndoselos junto al cuerpo y sujetándolos fuertemente con las rodillas con las que inmovilizaba por momentos. La víctima le preguntó qué estaba haciendo, a lo que el procesado le contestó: “Te quiero ver muerta”.
Tras esto, le presionó el cuello para asfixiarla por estrangulamiento, pero como no logró su propósito de acabar con su vida por esta vía aprovechó que la defensa de se había debilitado, la giró de lado, y cogiendo su cabeza la golpeó fuertemente en repetidas ocasiones contra el suelo de terrazo del salón, de forma que la misma comenzó a sangrar abundantemente por la cabeza y por el oído. La víctima quedó inerte y perdió el conocimiento. El procesado, que entre las agresiones había apagado la luz de la lámpara del salón; en ese momento, al ver a su prima inconsciente, decidió aprovechar esa situación para realizar el acto sexual con ella, bajándole los pantalones y las bragas y penetrándola vaginalmente hasta eyacular.
Cuando finalizó la agresión sexual, abandonó el domicilio con la creencia de que había acabado con la vida de su prima y se marchó en coche, tras lo cual sufrió un accidente de tráfico. Al cabo de un tiempo la víctima volvió en sí y arrastrándose hasta la puerta de la vivienda, pues no podía ponerse en pie, consiguió abrir la puerta y ser atendida por los vecinos, que avisaron al 112.
La sala estima que el procesado conservaba su facultades intelectivas y volitivas intactas cuando cometió los hechos, que tuvieron su causa en los celos derivados de las relaciones que mantenía con otros jóvenes mientras él había sido rechazado».
Como consecuencia del intento de homicidio la joven tuyo que estar dos días en el hospital y tardó en curarse de las múltiples heridas que sufrió en la cabeza, hombro, clavículas, fractura de los dedos de la mano un total de 43 días.
La joven abandonó la capital y provincia de Segovia y no pudo finalizar el curso de estudios que cursaba. Además sufre miedo, pesadillas y crisis de ansiedad cuando sale a la calle con otros jóvenes, de forma que su vida ha sufrido una trasformación respecto de la que disfrutaba antes de estos hechos.
Contra esta sentencia cabe interponer recurso de apelación en este Tribunal para ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en el plazo de diez días hábiles a contar desde el siguiente a su notificación.