Cientos de miles de personas clamaron este sábado en la madrileña plaza de Cibeles contra el reelegido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre gritos de «a prisión» dirigidos tanto al jefe del Ejecutivo como al expresidente catalán Carles Puigdemont.

Esta concentración, la primera con Sánchez investido de nuevo presidente del Gobierno, fue convocada por diferentes organizaciones cívicas y reunió a 170.000 personas, según la Delegación del Gobierno, y cerca de un millón, según los organizadores, en un acto pacífico que se desarrolló sin incidentes y que estuvo amenizado por canciones como ‘Mi querida España’ de Cecilia o ‘Libre’ de Nino Bravo.

A las 11.00 horas, una hora antes del inicio del acto, ya había un gran número de personas congregadas frente al escenario con banderas de España, del Partido Popular Europeo y con carteles en los que podía leerse, entre otros lemas, ‘Sánchez fuera del partido’, escrito sobre una bandera del PSOE.

En un cartel podía leerse la frase ‘Me gusta la fruta’, haciendo alusión a las palabras que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, usó para tapar lo que dijo cuando el presidente del Gobierno habló durante el debate de investidura sobre Pablo Casado. ‘Pedro Sánchez, me gusta la fruta’, corearon durante distintos momentos de la concentración.

Sobre la concentración, los organizadores decidieron dar comienzo a los discursos recordando a Alejo Vidal-Cuadras, exdirigente del PP y cofundador de Vox, que hace unos días recibió un disparo en la cara, y su nombre fue coreado entre aplausos.

También se lanzaron proclamas de apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especialmente para aquellos agentes que estuvieron presentes durante el referéndum del 1 de octubre de 2017 en Cataluña. De hecho, se reprodujo un vídeo con imágenes de los altercados sucedidos ese día.

PP Y Vox

Esta concentración contó con la presencia de distintos políticos, entre ellos el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el presidente de Vox, Santiago Abascal; y el secretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez.

Feijóo, Ayuso y Almeida optaron por atender a los medios en una calle cercana a Cibeles, mientras que Abascal y Vázquez lo hicieron en la zona habilitada para ello, un espacio por el que también pasaron la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo.

Álvarez de Toledo, que fue de las primeras en llegar a la zona habilitada para las personalidades, fue recibida entre aplausos, al igual que la exlíder de UPyD Rosa Díez. También pudo verse en esta zona a distintos miembros de Vox, como el vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, quien portaba una bandera de España con las palabras ‘Viva la unidad de España’.

Además, en esta concentración participaron desde el escenario el filósofo y escritor Fernando Savater; el escritor y editor Andrés Trapiello; la presidenta de S’Ha Acabat, Julia Calvet; uno de los fundadores de Ciudadanos Albert Boadella, y el diputado del Parlamento Europeo Paulo Rangel, entre otros.

Discursos

El filósofo y escritor Fernando Savater aseguró que “no hay que tolerar que nos quiten España” porque “es una riqueza para todos”. Además, en tono irónico dijo que con la “única” cosa en la que está de acuerdo con el Ejecutivo es en que hay que ponerle un escolta al expresidente catalán Carles Puigdemont, pero para escoltarle “llevándole a Alcalá Meco”.

Savater comenzó su intervención pidiendo unos minutos para recordar a Agustín Ibarrola, fallecido ayer a los 93 años, de quien destacó que era un “gran español, vaso y artista”. Unas declaraciones que hicieron que los asistentes arrancaran a aplaudir para conmemorar su memoria.

Andrés Trapiello, escritor y editor, celebró la cantidad de personas presentes en esta concentración denunció que el reelegido presidente del Ejecutivo “quiere volvernos locos, que perdamos el juicio”, y alertó de que la ley de amnistía a las personas vinculadas con el proceso independentista será una “burla inmoral e indecente”.

“Me jode admitir que mi vida empezó en una dictadura militar y va camino de acabar en una dictadura progre”, señaló el cofundador de Ciudadanos y dramaturgo Albert Boadella, de quien se reprodujo un vídeo con su mensaje, en el que denunció que el Gobierno de Sánchez “ha ido destruyendo todo lo construido en los últimos 40 años”.

Conchita Martínez, víctima de ETA, también habló en esta concentración para resaltar que la libertad “la define nuestra Constitución, no los partidos políticos”, y destacó que “no necesitamos que vengan a modificarnos los criterios un grupo de aficionados, de supuestos progresistas” para “dar por buena la amnistía a delincuentes” y “más tarde, ya puestos, a los asesinos de nuestros seres queridos”.

Asimismo, el doctor en ciencias económicas, escritor y articulista Félix Ovejero subrayó que “no hay nadie por encima de la ley”, sino que “todos somos iguales ante la ley” y afeó que hoy las leyes y el “futuro” de este país lo deciden “quienes quieren destruirlo”. A su vez, instó a los votantes socialistas a buscar “un lugar en otra parte” por la deriva del PSOE actual.

La presidenta de S’Ha Acabat, Julia Calvet, lamentó que, “por desgracia”, “la traición se ha consumado” y Sánchez “vende España por siete míseros votos”. “España no se vende, España se defiende”, destacó, y añadió que “el pueblo español siempre escogerá la libertad”, una frase que fue seguida de varios gritos de “libertad” por parte de los asistentes.