El informe de calidad del aire del año 2011, presentado por la Junta de Castilla y León, no supera ningún valor límite de protección de salud por cuarto año consecutivo, según dicho informe elaborado desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para dar a conocer a la población los resultados registrados por todos los analizadores que componen la Red de Control de la Calidad del Aire.
La Red de control de la calidad del aire de la Junta de Castilla y León avala la calidad de estos resultados a través de su certificación ISO 9001:2008 para los datos generados de concentración de contaminantes renovada en 2012, según señala en un comunicado la Junta.
La principal conclusión de este informe es que este es el cuarto año consecutivo en el que no se ha superado ningún valor límite de protección a la salud. Tampoco se ha sobrepasado ningún valor de información a la población de los contaminantes regulados en la normativa española y europea, que han sido, según la Junta, dióxido de azufre, monóxido de carbono, partículas (PM10 y PM2.5), dióxido de nitrógeno, ozono y benceno.
En cuanto a los valores de dióxido de azufre (SO2), este contaminante sigue la tendencia habitual, siendo su presencia en las ciudades ocasional y con valores muy bajos, cercanos a los límites de detección de los analizadores. En las zonas próximas a las centrales térmicas de carbón, donde este contaminante puede tener mayor incidencia, tampoco se ha registrado ninguna superación -tanto del valor límite horario como del diario-, y no se ha registrado ninguna superación del umbral de alerta.
En cuanto a las partículas, una vez efectuados los descuentos autorizados por aporte de material particulado procedente de África, tampoco se ha producido en ninguna estación de la Comunidad ninguna superación del valor límite anual, así como el límite de las 35 superaciones del valor medio diario. Los valores más altos de este contaminante se registraron en las estaciones orientadas al tráfico de vehículos, y en concreto a las situadas en las aglomeraciones de Valladolid, Burgos y Salamanca.
No obstante, la Junta destaca que la mayoría de las estaciones se encuentra por debajo del umbral superior de evaluación, lo que indica que no llegan al 70 por ciento de valor máximo anual. En cuanto a las partículas PM 2.5, los valores registrados en las estaciones de tráfico no llegan ni al 50 por ciento del valor objetivo de protección a la salud humana.
Referido a los óxidos de nitrógeno, en concreto el NO2, tampoco se ha registrado ninguna superación, ni del valor límite horario ni del valor límite anual, y por lo tanto tampoco se han producido situaciones de alerta a la población. Los valores más altos, de nuevo, se han registrado en las grandes ciudades, sin bien los valores son del orden de 30 µg/m3, cuando el valor límite está fijado en 40 µg/m3. Estos valores de NO2 también están bajos en las zonas industriales y próximas a grandes focos emisores.
Relativo al ozono no se ha producido ninguna superación durante el 2011, tanto del valor límite de información a la población como del umbral de alerta, mientras que en la concentración de metales en inmisión -Arsénico, Cadmio, Níquel y Plomo- se han realizado mediciones indicativas en las estaciones de Aranda de Duero, Guardo y en la de Cementos Cosmos. La concentración detectada se encuentra muy por debajo de los umbrales inferiores de evaluación.
Ecologistas en Acción rechaza los datos sobre la calidad del aire por no ser representativos
Ecologistas en Acción rechaza los datos de calidad del aire en Castilla y León facilitados por la Junta y recorda que los resultados no son “representativos” de la contaminación atmosférica en la región, porque las estaciones de control incumplen actualmente las condiciones de implantación de la normativa europea y española.
El colectivo ecologista explica que desde el año 2002 el Ayuntamiento de Valladolid y la Junta de Castilla y León han cambiado o suprimido quince estaciones que superaban los límites legales de contaminación atmosférica.
Por ello, argumenta que las autoridades regionales están suministrando datos obtenidos en estaciones urbanas localizadas en áreas sin tráfico o incluso en parques, incumpliendo la obligación legal de ubicar los medidores en «las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta».
Al respecto, los ecologistas enumeraron un listado de estación, como las ubicadas en el Parque de la Carcavilla, en Palencia, o la del el área recreativa de Fuentes Blancas, en Burgos. Por ello, insistieron en que cuando estaban en calles con tráfico registraban niveles de contaminación superiores a los legalmente admisibles. “Moverlas a parques y zonas peatonales ha resultado efectivo para aparentar que se ha resuelto el problema”, denunciaron.
De la misma manera, se refirieron al cambio de la estación Avenida de Portugal a una zona residencial periférica; en León, la estación Barrio Pinilla se ha desplazado unos 150 metros por, y en Ponferrada, se dejan de medir partículas en la Estación de Autobuses.
En cuanto a Valladolid, recordaron que recientemente se han desconectado las estaciones de las calles Labradores y Avenida de Santa Teresa, con una fuerte densidad de tráfico, y se ha movido la estación de La Rubia para alejarla de la
Carretera de Rueda y el Paseo de Zorrilla. Además, ahora se propone mover una de estas estaciones a las instalaciones deportivas en Fuente la Mora, alejadas de la ciudad. Los efectos de estos cambios son rotundos: cuanto más lejos circulan los coches, menos contaminación se mide.
Por último, indicaron que, salvo para el ozono, el propio informe sobre la calidad del aire de la Junta de Castilla y León recoge que los niveles medidos en las estaciones de Castilla y León incumplen sistemáticamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, entre 30 y 100 días al año, o sea durante la práctica totalidad del verano.