Castilla y León contará después de verano con 124 guardias civiles más tras el último concurso de traslados de la Benemérita, porque la llegada de 225 agentes de otras comunidades de España superará, con creces, la salida de 101 efectivos. De esta manera, la región rompe la tendencia de los últimos años que cada movimiento de personal de la Benemérita perdía agentes. Hasta la fecha, los guardias civiles que prestaban servicios en Castilla y León consideraban la Comunidad como un lugar de paso, hasta lograr un destino más apetecible. De esta manera, no lograba retener a los agentes de este cuerpo y se convertía en un territorio ‘exportador’ de guardias civiles.
El Boletín Oficial de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso la Agencia Ical, publica un avance de la asignación de vacantes por antigüedad, en la escala de guardias, por lo que aún faltaría la definitiva. Una vez que el boletín interno de la Benémerita haga oficial la provisión de las vacantes, los agentes dispondrán de un mes para su incorporación al nuevo destino. Todo hace indicar que eso sucederá tras el verano.
De momento y a falta de que pueda haber alguna modificación, las provincias de Burgos, Segovia y Soria serían las más beneficiadas con en el primer concurso de traslados de 2020. Lo habitual es que la Guardia Civil cuente con dos movimientos de personal al año, aunque la epidemia del COVID-19 y el estado de alarma durante tres meses lo ha retrasado todo. Todos los territorios ganan efectivos, salvo León, que perderá tres efectivos, con la llegada de nueve guardias de otras comunidades y la salida de 12.
Soria es, sin duda, el territorio con más movimiento de efectivos en los cuarteles puesto que, según el concurso provisional de traslados, sumará 57 nuevos agentes, procedentes de otras regiones del país. Una cifra que casi triplica el número que está previsto que se vaya a otros destinos, con 20. El segundo destino con más llegadas es Burgos, que después de verano contará con 24 efectivos más, con la llegada de 51 y la marcha de 27. Segovia también contará con un saldo positivo de 24 agentes, con 30 llegadas y seis salidas.
Valladolid que es, junto a León, una de las provincias que, tradicionalmente, cuenta con pocos movimientos al ser una comandancia ocupada por agentes veteranos que apenas se mueven en los concursos también saldrá beneficiada con este movimiento de personal. No en vano, está previsto que lleguen 15 guardias procedentes de otras comunidades y solo registrará dos pérdidas.
Ávila sumará 21 nuevos agentes aunque verá cómo 16 eligen otros destinos del país, seguido de Salamanca (17 altas y ocho bajas) y Palencia (16 llegan y siete se van) y Zamora, que también tendrá un saldo positivo con nueve guardias nuevos y tres que han solicitado otras provincias.
Traslados interiores
A estos movimientos, hay que añadir los cambios existentes entre unidades y cuarteles en la propia provincia. En total, son 157 traslados de personal en el mismo territorio repartidos entre los 31 de Valladolid, los 25 de Salamanca, los 22 de Palencia y los 18 de Ávila. Además, Zamora acumula 16 guardias que cambian de cuartel en la misma provincia; Burgos, 14; Segovia, 13; Soria, 11, y siete en León.
La asignación provisional de destinos de la Guardia Civil también recoge los traslados de efectivos entre provincias de Castilla y León. De esta manera, Valladolid recibirá una veintena de guardias de otros territorios de la Comunidad, seguido de Burgos (19), Segovia y Zamora (17, en cada caso) y Ávila (14). Por su parte, la provincia de Palencia incrementará su plantilla en 12 profesionales procedentes de otros cuarteles de la región mientras que en Salamanca aumentará en 11 personas. Las provincias menos beneficiadas por estos traslados son León, con cinco, y Soria, con tres.
El secretario general de la Unión de Guardias Civiles (UniónGC) en Castilla y León, Óscar Manuel Castro, mostró su satisfacción por la llegada a la Comunidad de 225 agentes, frente a lo que ha ocurrido en los últimos años. Eso sí, lamentó a la Agencia Ical que el centenar de guardias que sale de la región es personal veterano. «La mayoría de los que se incorporan, por ejemplo en Burgos, es gente que fue nombrada este año como profesional, tras realizar las prácticas una vez aprobada la oposición, por lo que llevan poco tiempo en el Cuerpo», expuso.
En todo caso, aseguró que ganar efectivos es siempre «positivo» aunque precisó que contar con gente «veterana» y con experiencia en las comandancias es importante. Citó los casos de la provincia de León y Valladolid, con escasos movimientos de personal y solo es posible llegar a esos lugares con mucha antigüedad. Castro precisó que la Benemérita en Castilla y León cuenta con muchas personas originarias de Galicia y Asturias, que buscar estar cerca de sus comunidades hasta que puedan optar a un destino en su tierra.
El responsable autonómico de UniónGC reconoció que muchos destinos de la Comunidad son poco atractivos para los guardias civiles con familia. “Vivir en algunos puestos de las zonas rurales dificulta el asentamiento de las familias con hijos de los guardias civiles, ante la falta de unos servicios mínimos como institutos para los hijos”, precisó.
Reestructuración territorial
Óscar Manuel Castro reiteró la necesidad de acometer una reestructuración del despliegue territorial de los puestos de la Guardia Civil “más eficiente”, que es más urgente en una Comunidad como Castilla y León con una población tan dispersa. Apostó por modelo con un puesto en cada cabecera de comarca, abierto las 24 horas al día y dotado con al menos 40 guardias. “De nada sirve tener un cuartel cerrado o prestar un mal servicio por que los agentes no pueden atender al ciudadano ‘in situ’ al estar en algún servicio o patrullando», significó.